Frutas

Consejo de un frutero: "No compres uvas en el supermercado si se ven así y aquí está el porqué"

Un experto en frutas desvela las señales inequívocas que indican que un racimo de uvas ha perdido su frescura y calidad para evitar una mala compra y disfrutar de su mejor sabor

Una mujer escoge uvas en un supermercado
Una mujer escoge uvas en un supermercadoFreepik

Las uvas son una de las frutas más apreciadas en la cesta de la compra por su dulzura, versatilidad y comodidad. Sin embargo, la experiencia de consumirlas puede pasar de deliciosa a decepcionante si no se eligen correctamente en el punto de venta. Acertar con un racimo fresco, crujiente y sabroso no es cuestión de suerte, sino de observación. Un frutero experimentado sabe que la fruta "habla" a través de su apariencia, y conocer su lenguaje es clave para no llevarse a casa un producto de calidad inferior.

Más allá del sabor, seleccionar bien las uvas es un gesto de consumo inteligente que evita el desperdicio de alimentos y dinero. Aprender a identificar los signos de deterioro no solo garantiza una experiencia gustativa superior, sino también la seguridad de que estamos consumiendo una fruta en su estado óptimo.

Las señales de alerta: cuándo dejar el racimo en la tienda

La inspección visual es el primer y más importante filtro. Hay ciertos indicadores que deberían hacernos descartar un racimo de inmediato.

  • Bayas blandas, arrugadas o con manchas: Un grano de uva fresco debe ser terso y firme. Si al tacto las bayas se notan blandas, presentan arrugas o tienen manchas marrones, son síntomas claros de envejecimiento y pérdida de humedad. Estas manchas también pueden ser un preludio de la aparición de moho u otros microorganismos no deseados.
  • Piel agrietada o rota: Las grietas en la piel son una puerta de entrada para las bacterias y aceleran drásticamente el proceso de descomposición. Suelen ser el resultado de una mala manipulación durante el transporte o almacenamiento.
  • Bayas sueltas en el fondo del envase: Agita el racimo con mucha suavidad. Si varios granos se desprenden con facilidad, es una señal inequívoca de que la fruta está demasiado madura y su vida útil será muy corta. Los granos deben estar firmemente adheridos a su tallo.
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Los indicadores de frescura: en busca del racimo perfecto

Por el contrario, un racimo de calidad exhibe unas características muy concretas que saltan a la vista si se sabe dónde mirar.

  • El tallo, el gran delator: El indicador más fiable de la frescura de un racimo no está en los granos, sino en su estructura: el tallo o raspón. Este debe presentar un color verde y tener un aspecto flexible y robusto. Si el tallo está seco, marrón o quebradizo, significa que el racimo fue cosechado hace tiempo y, aunque los granos puedan parecer aceptables, habrán perdido gran parte de su frescura y sabor.
  • La capa protectora natural: Esa fina capa blanquecina similar al polvo que recubre algunas uvas, conocida como pruina, es un excelente signo de calidad. Lejos de ser suciedad, es una cera natural que la propia planta produce para proteger a la fruta de los rayos UV, la deshidratación y la entrada de insectos. Su presencia indica que la uva ha sido manejada con cuidado y es muy fresca.
  • El aroma: Además de la vista, el olfato es un gran aliado. Las uvas frescas deben tener un olor neutro o ligeramente dulce. Si se percibe un aroma agrio, similar al vinagre o a fermentado, es una clara señal de que las uvas han comenzado a estropearse y no deben ser consumidas.

El último paso: la conservación en casa

Una vez hecha la elección correcta, la frescura puede prolongarse con unos sencillos cuidados. Un error común es lavar las uvas nada más llegar a casa. Es preferible no hacerlo hasta el momento justo de su consumo, ya que la humedad acelera el deterioro y elimina la pruina protectora.

Para conservarlas, lo ideal es guardarlas en la parte más fría del frigorífico, a una temperatura entre 0ºC y 4ºC, preferiblemente en su envase original o en una bolsa perforada que permita la ventilación. Así, se mantendrán en condiciones óptimas durante más tiempo, listas para ser disfrutadas con toda su textura y sabor.