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Grecia y sus acreedores acercan posturas sobre la quita de la deuda
El Gobierno griego reanudó hoy en un ambiente de optimismo las negociaciones para pactar con sus acreedores privados una quita de su deuda y con la perspectiva de resolver en los próximos días el tema más espinoso: el del interés que tendrán los nuevos bonos que salgan de la operación.
Ese plan, bautizado como Participación del Sector Privado (PSI), supone la quita del 50 % del valor nominal de la deuda y la sustitución de los bonos por títulos depreciados, más una compensación financiada con el nuevo préstamo de 130.000 millones de euros prometido por la UE y el Fondo Monetario Internacional (FMI).
El interés de la nueva deuda ha provocado fricciones desde que el plan se anunció en la cumbre europea del pasado octubre, ya que el FMI se niega a financiar títulos con un interés superior al 4 %, informó a Efe una fuente cercana a la negociación.
Según varios medios griegos, el Instituto Internacional de Finanzas (IIF), que representa a bancos y fondos de inversión dueños de deuda griega, habría reducido sus demandas iniciales y estaría dispuesta aceptar un interés de poco más de un 5 %, mientras que Grecia quiere dejarlo entre el 4 y el 4,5 %.
Por ello, una delegación helena se ha desplazado a Washington para tratar el tema con el FMI, a la vez que el director del IIF, Charles Dallara, y su asesor Jean Lemierre, negocian en Atenas con el primer ministro griego, Lukás Papadimos, y su ministro de Finanzas, Evangelos Venizelos.
Sin un acuerdo sobre la PSI, la UE no daría luz verde al nuevo préstamo, que a su vez resulta imprescindible para que Grecia no caiga en bancarrota el próximo 20 de marzo, cuando afronta el pago de 14.400 millones de euros en vencimientos de deuda.
Pero además de la PSI, la troika formada por la Comisión Europea, el FMI y el Banco Central Europeo, cuyos expertos se encuentra desde ayer en Grecia, exige nuevas medidas de ahorro, altamente impopulares.
La patronal tenía previsto reunirse hoy con los sindicatos mayoritarios para negociar la reducción de los costes laborales no salariales, aunque el encuentro hubo de ser suspendido después de que el sindicato comunista PAME ocupara el edificio donde se iba a celebrar el encuentro.
Con todo, la consecución de un acuerdo sobre la quita no es ni mucho menos la salida del laberinto griego, sino sólo un pequeño paso hacia adelante.
Tras un eventual acuerdo sobre la condonación, seguiría un periodo para que los acreedores se acojan a la oferta, que podría demorar todo febrero, ya que, según reconoció una fuente ministerial griega, "nadie sabe con exactitud"la cantidad de deuda que posee cada acreedor, a excepción del 34 % en manos de los bancos griegos.
Varios fondos de riesgo ya han dado a entender que no tienen intención de someterse a la quita -en principio voluntaria-, esperando que Grecia quiebre o fuerce la aplicación del acuerdo mediante una ley, algo que el gobierno heleno no da por descartado.
Cualquiera de estos dos casos podría sería considerado una suspensión de pagos, lo que activaría el pago de las Permutas de Incumplimiento Crediticio (CDS) con las que muchos de estos fondos tienen asegurados sus bonos.
"En estos casos siempre hay ganadores y perdedores, por eso hay gente que está apostando contra Grecia. Pero se trata de un juego muy peligroso, porque activar los CDS podría provocar la quiebra de los bancos que los hayan emitido y extender la suspensión de pagos por Europa", ha advertido Yorgos Glynos, asesor de Papadimos.
"El acuerdo sobre la PSI no depende sólo de Grecia, sino también de sus acreedores. Así que creo que, llegado el momento, la UE podría revisar sus decisiones y aportar los fondos aun sin una quita, ya que sin fondos Grecia entrará irremisiblemente en quiebra y podría arrastrar a otros países europeos", declaró a Efe.
Ante las perspectivas de acuerdo, la Bolsa de Atenas cerró hoy con una ganancia del 2,68 %, que en el caso de los valores bancarios llegó a acumular una subida media del 6,88 %.
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