Elecciones andaluzas
El síndrome del faisán prejubilado
Nerviosismo en Moncloa ante el desgaste de Rubalcaba y Chaves por el «chivatazo» y «Mercasevilla»
MADRID- A tres meses de las elecciones municipales y autonómicas y a poco más de un año de las generales, la preocupación por el incierto futuro que espera al PSOE se ha apoderado del Gobierno. Los socialistas dan por descontada la elevada factura en términos de votos que pasará el próximo 22 de mayo las sucesivas vueltas de tuerca que Zapatero ha dado a los derechos de los trabajadores. Han asumido que, primero, su política errática y, luego, su mano dura a la hora de abaratar el coste del despido, de endurecer el acceso a una pensión... tendrán su fiel reflejo el 22-M.
Pero a la pérdida de crédito a borbotones del presidente, que confirman todos los sondeos sin excepción, se suma ahora la estrategia de acoso y derribo del PP contra el vicepresidente primero por el «caso Faisán» y la imagen «desgastada» del vicepresidente tercero a costa de los escándalos de corrupción de «Mercasevilla» y de los ERE. Ante este panorama, la credibilidad de la cúpula del Ejecutivo al completo permanece por ahora en cuarentena.
«No hay sesión de control» del Gobierno en el Congreso de los Diputados «que no se le saque el temita de marras», lamenta a este diario un destacado dirigente socialista en alusión al cerco que estrechan los populares alrededor de Rubalcaba. Otro líder del PSOE, cabeza de cartel en su ciudad natal, da por perdidas las municipales. «Como no se ponga freno y se remedie, el deterioro del Gobierno nos lleva a todos por delante», avisa. Y es que la persistencia del diputado popular Ignacio Gil Lázaro está surtiendo su efecto.
La intranquilidad que genera en el seno de la familia socialista este episodio policial provocó este miércoles que José Bono interceptara al presidente del Gobierno a la salida del hemiciclo, según aseguran a LA RAZÓN fuentes gubernamentales. Ya en su despacho de la Cámara Baja, expresó a Zapatero su pesar. Durante una reunión improvisada de casi dos horas, Bono «no se dejó nada en el tintero de lo que piensa sobre esta cuestión». Mientras, el presidente se mostró tranquilo sobre las consecuencias políticas de este caso y aseguró que Alfredo Pérez Rubalcaba también lo está.
Sin embargo, los que conocen bien al vicepresidente aseguran que está nervioso, que ha perdido brillantez en sus respuestas. Un miembro del Ejecutivo no oculta a LA RAZÓN que comienza a estar preocupado «de verdad» por las consecuencias políticas del chivatazo que recibió ETA en mayo de 2006, a los pocos días de convertirse en ministro del Interior. «El PP lo ve como sucesor de José Luis y va a por él», advierte. De hecho, en el PSOE y en el Ejecutivo inquieta la probabilidad de que el «caso Faisán» cercene sus posibilidades como sucesor de José Luis Rodríguez Zapatero antes de que se produzca el relevo.
«No hay ningún otro que pueda ganar al PP», coinciden los socialistas consultados por este diario. Pero no todos comparten esta opinión. Incluso hay ya quien está moviendo ficha para «quemar» más rápidamente su candidatura. Se trata de desbancar al todopoderoso vicepresidente para ocupar un buen lugar llegado el momento en el que Zapatero anuncie su marcha en otoño próximo. Pero con independencia de maniobras internas e intereses particulares, al Gobierno le inquieta que el «caso Faisán» le estalle en la cara. Por eso desde sectores próximos al Ejecutivo se deja claro que «no tiene consecuencia penales. Se actuó con el paraguas de la autorización del Congreso para negociar con ETA durante el proceso de paz. Por tanto, no hay delito», alertan.
En este escenario, el Gobierno está extremando la prudencia para evitar dar artillería al PP. De ahí que prefiera que el fallo del Constitucional sobre Sortu, si la nueva marca de Batasuna recurre la sentencia del Supremo, se produzca después del 22 de mayo. «Así, se evitará que el PP use su eventual legalización como arma arrojadiza en las municipales y autonómicas», aseguran a ese diario fuentes gubernamentales.
Pero Rubalcaba no es el único vicepresidente «tocado». En estos momentos, Chaves pierde credibilidad por momentos. El escándalo de los ERE y el de «Mercasevilla» persiguen al vicepresidente tercero allá donde va. Sin ir más lejos, el martes pasado durante su comparecencia en la Comisión de Política Territorial del Senado, la senadora del PP Beatriz Escudero cambia el rumbo de la comisión para interpelarle por estos dos casos de corrupción en Andalucía. Más allá del desgaste evidente del presidente del PSOE, estos escándalos inquietan sobremanera a los socialistas andaluces. Un reconocido líder del PSOE de Andalucía expresa su preocupación a este diario por la repercusión que puedan tener no sólo en las municipales del 22 de mayo, sino también en las autonómicas del 4 de marzo de 2012. Los sondeos internos de la Junta de Andalucía dan la victoria desde hace tiempo a Javier Arenas. Pese a ello, los socialistas confiaban hasta ahora en que el signo del voto fuera cambiando según se aproximara la cita con las urnas. De hecho, Gaspar Zarrías, curtido en las lides electorales, advertía que un año en política es una eternidad y que lo que hoy «es blanco mañana es negro».
Sin embargo, el pesimismo ha cundido como la pólvora en las filas de los socialistas andaluces, tras la explosión «controlada» de estos casos de corrupción. Incluso ahora se dan por perdidas no sólo las elecciones, sino también la Junta de Andalucía.
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