Pinto
Dos puñetazos de Messi
La guerra dialéctica dio paso a la batalla deportiva. «Mou» y Pep callaron sus bocas y los jugadores se convirtieron en los verdaderos protagonistas de un partido apasionante que tendrá su epílogo el próximo martes en Barcelona.
Ayer, en la caldera del Bernabéu, con más de tres mil azulgrana en las gradas, el espectáculo fue de alto voltaje, más allá de las disquisiciones tácticas y de dos estilos diferentes para conseguir el objetivo de estar en la final de la «Champions», en Wembley, dentro de un mes.
La lesión de Iniesta obligó a Guardiola a dar un poco más de músculo al equipo para contrarrestar la fuerza descomunal de Pepe, el último invento de Mourinho, que se ha convertido en el terror de los azulgrana por su fuerza, su disciplina y su despliegue a la hora de presionar sobre Messi y Xavi. Como a Mourinho le fue bien en los dos clásicos anteriores repetió idea.
Sin un delantero centro específico y con tres hombres con libertad de movimientos. Özil, Cristiano y Di María fueron los encargados de poner a prueba a Piqué, Puyol, Mascherano y Alves. Y ante tanta amalgama de jugadores en el centro del campo, el partido tuvo un guión feo, basto y rudo. Con un Madrid muy retrasado, el Barcelona fue el dueño del balón. Y fue Xavi el primero que puso a prueba a Casillas. Después probó fortuna Villa, pero las precauciones se imponían a la excelencia mientras Mourinho pedía a los suyos que adelantaran la defensa y presionaran más arriba para intentar robar.
Espabiló en la recta final el Madrid, que no aprovechó la estrategia en dos faltas que lanzó mal Ronaldo y hubo un cabezazo de Pepe que atrapó Valdés. Además, llegaron las faltas, las tarjetas, las tánganas y el primer tiempo se murió con un despeje de Valdés a disparo de Cristiano. Poco bagaje para el anfitrión, pero ya se sabe que Mourinho es feliz si su portería se queda a cero. Tampoco el Barcelona hizo de la posesión virtud pese a las ganas de Messi y Xavi, que trataban de esquivar a Pepe y Xabi Alonso.
El partido no se parecía al de Mestalla y «Mou» mandó calentar a su fondo de armario porque el Madrid jugaba en el alambre, lo mismo que el Barcelona. Además, la retirada de los jugadores propició la expulsión del meta Pinto entre la bronca de unos y otros. Y es que la tensión y los nervios podían con el buen fútbol. Mourinho no esperó y Adebayor entró por Özil. El portugués quería más y con un delantero centro específico se buscaban las segundas jugadas. El Barcelona se mantenía igual, suyo era el balón, pero no profundizaba. Había equilibrio, mucho tiqui-taca azulgrana y pelotazos imprecisos del Real Madrid.
Tarjeta a Sergio Ramos, que se pierde la vuelta, tarjeta a Mascherano y la expulsión de Pepe para avivar la polémica arbitral, porque llevó aparejada la de Mourinho por protestar. Otra vez el Madrid con diez en una acción de Pepe sobre Alves, que el colegiado la interpretó como violenta, aunque, quizá, hubiera bastado con una amarilla. Guardiola retiró a Pedro, al que Marcelo le había dejado un recado en forma de pisotón, y entró Affelay. Y fue el holandés el que se marchó del propio Marcelo, el que le puso un balón a Messi que éste mandó a la red.
Casillas no pudo hacer nada y la eliminatoria comenzaba a teñirse de azulgrana mientras el Bernabéu contemplaba con desazón la derrota de un Real Madrid que no hizo mucho por ganar, que perdió cuando estaba en inferioridad y que quiso repetir argumentos. Sin embargo, no siempre las cosas salen como quiere Mourinho. El portugués, que hubiera firmado el empate sin goles, vio cómo su entramado táctico no se había visto correspondido por sus guerreros.
Al Madrid, todo corazón y esfuerzo, le faltó el juego combinativo para equilibrarse con un Barcelona que sobaba la pelota, que parecía no querer más, hasta que Messi, de nuevo Leo, se fue de cuatro rivales para cruzar la pelota lejos de Casillas. Era la sentencia definitiva porque el Madrid había bajado los brazos y veía con impotencia cómo el rival se iba del Bernabéu con un triunfo justo, amasado cuando tenía uno más.
Y es que la expulsión de Pepe desquició a todos y el castillo de naipes de Mourinho se cayó por culpa de Messi, el mejor jugador del mundo, que apareció cuando era más necesario. Enfrente Cristiano estuvo minimizado, hizo más aspavientos que acciones de mérito y fue la imagen de un Madrid caído que tratará de levantarse en el Camp Nou después de irse a la lona en dos ocasiones.
La guerra de Pinto y Chendo antes del descanso
Se retiraban los jugadores a los vestuarios y Arbeloa y Keita se estaban «mandando recados». En esto que apareció Pinto, enganchó por el cuello a Chendo, el delegado del Real Madrid, y el portero suplente del Barça acabó expulsado por roja directa. El otro conflicto fue con el césped. El Barcelona se quejó tras el partido de Liga hace once días del estado del pasto en el Bernabéu. Muchos jugadores del Barça criticaron la altura de la hierba. Según ellos estaba demasiado elevada y no se había regado, lo que dificultaba su habitual circulación de balón. Para la ida de las semifinales de la «Champions» confiaban en que la UEFA interviniera. Lo hizo. Recomendó al Real Madrid que se regara el césped una hora antes del comienzo del encuentro y éste no lo hizo. El club blanco pagará la multa pertinente.
El clásico cubierto por 1.200 profesionales de los medios de 37 países
El encuentro de ida de las semifinales de Liga de Campeones entre Real Madrid-Barcelona, fue cubierto en el estadio Santiago Bernabéu por 1.200 profesionales de medios de comunicación de 37 países, como informó el club blanco. Establece un nuevo récord en el Bernabéu un partido que bate todos los registros por espectación mediática. El operativo informativo cuenta con un total de 1.200 profesionales acreditados, 500 de ellos periodistas, pertenecientes a 132 medios de comunicación extranjeros y 80 españoles. El partido se seguirá en directo en 37 países. 135 comentaristas de televisión están repartidos en 45 puntos del estadio Santiago Bernabéu. Un total de 71 cámaras de televisión, 18 emisoras de radio lo retransmitirán en directo y 100 fotógrafos captarán las imágenes del partido.
Un Real Madrid-Barça genera hasta 140 decibelios de ruido
Un clásico de fútbol como el Real Madrid- Barça que se juega esta noche en el estadio Bernabéu puede generar hasta 140 decibelios de "ruido", mas de dos veces el nivel considerado de riesgo por la Organización Mundial de la Salud. Así lo asegura una empresa española de centros auditivos que ha elaborado un estudio sobre los ruidos que mas molestan a los españoles.
Ficha técnica:
0. Real Madrid: Iker Casillas; Arbeloa, Sergio Ramos, Albiol, Marcelo; Xabi Alonso, Pepe, Lass; Ozil (Adebayor, min. 46), Di María y Cristiano Ronaldo.
2. FC Barcelona: Víctor Valdés; Dani Alves; Piqué, Mascherano, Puyol; Xavi, Busquets, Keita; Pedro (Afellay, min. 71), Messi y Villa (Sergi Roberto, min. 90).
Goles: 0-1. Min. 76. Messi resuelve un servicio de Afellay desde la derecha. 0-2. Min. 87. Messi, en jugada personal.
Arbitro: Wolfgang Stark (Alemania). Mostró cartulina amarilla a Dani Alves (44'), del FC Barcelona. Expulsó con roja directa a Pinto camino del vestuario a llegar el descanso por un incidente con Arbeloa. Amarilla a Sergio Ramos (52'), Adebayo (82'), del Real Madrid y a Mascherano (57'), del FC Barcelona. Expulsó con roja directa a Pepe (61'), del Real Madrid por una entrada a Dani Alves. Y posteriormente a José Mourinho (64'), que siguió el partido desde la primera fila por protestar.
Incidencias: 75.000 espectadores llenaron el estadio Santiago Bernabéu. Ida semifinal Liga de Campeones. Cerca de 3.000 hinchas del FC Barcelona animaron a su equipo. 21 grados. Un puntero láser iluminó desde el fondo norte a los jugadores del FC Barcelona.
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