Bruselas

Víctor Ullate: «El fútbol arrastra y se lo come todo»

Víctor Ullate
Víctor Ullatelarazon

–¿Los bailarines están más en forma que los actores y que muchos deportistas?
–El actor no es como el bailarín, que entrena duramente todos los días, tiene otro tipo de vida… Y en cuanto a los deportistas, los de élite tienen que estar muy en forma. Pero el baile te pone como una moto.

–¿Cuando se es bailarín ya no se requiere ningún otro ejercicio físico?
–La verdad es que no, porque se trabaja todo: la coordinación, la potencia, la elasticidad…Lo trabajas todo en el baile.

–Y para estar de gira teatral por España con la obra «El extraño viaje» lo que hay que estar, fundamentalmente, es en buena forma mental, ¿no?
–Hombre, en buena forma mental hay que estar siempre… Pero cuando se está de gira, además hay que cuidarse mucho la voz porque en algunos teatros no hay una acústica demasiado buena y hay que tirar mucho de voz.

–Ahora va a cambiar la gira, al menos durante la semana y a partir del 24 de marzo, por las tablas del escenario del Alfil en Madrid, donde representará «Mi primera vez». ¿Dónde se suda más, en la capital o en provincias?
–Jajaja…En Madrid. Es una tontería, porque es como si la gente de Madrid entendiera más que la de provincias y no es verdad..., pero, como que impone más la gente de la capital y estrenar en Madrid.

–Más se sudará en los musicales en los que usted ya es más que experto, ¿no?
–En los musicales se suda muchísimo. Se suelen desarrollar en espacios muy grandes y tienes que abarcar mucho el espacio. Yo, cuando tengo que hacer un espectáculo que me requiere especial resistencia, me voy a correr una hora cada día.

–Ahí será importantísimo el trabajo en equipo, ¿no?
–En un musical si no hay un buen trabajo en equipo no se sujeta es importantísimo, además de muy enriquecedor.

–Hablando de equipos, ¿le gusta el fútbol?
–Pues bueno, me gustan los Mundiales, muchísimo, pero el fútbol en sí no me gusta… Aunque yo siempre he sido del Madrid, vaya como vaya, pero no soy para nada futbolero.

–Cuando era usted jovencito no le decían aquello de «los niños no bailan, juegan al fútbol».
–Pues sí, lo decían mucho, pero yo siempre he preferido el baile: siempre me ha gustado más estar rodeado de chicas que de chicos.

–¿Y eso de bailar, ahora ya se considera normal entre los hombres o aún no del todo?
–Yo creo que sí. Sigue habiendo prejuicios por parte de algunos padres, pero ya está claro que el baile no te condiciona sexualmente para nada.

–Pero ahora usted, sin dejar de bailar, es más actor… O mejor dicho, un actor más completo que además de interpretar, canta, baila ¿y qué más?
–Me gusta hacer de todo, no sólo limitarme al baile. Me encanta el snowboard, los deportes de riesgo, jugar al fútbol, aunque no me guste tanto verlo, el baloncesto, correr…

–¿Y a qué deportista le gustaría emular en el escenario?
–Pues, por ejemplo, a Maradona.

–La limpieza debe ser norma en el espíritu deportivo. ¿Usted les inculca lo mismo respecto al baile a los alumnos de la escuela que lleva el nombre de su madre, Carmen Roche?
–Hombre, pues yo creo que sí. Ésta es una profesión de compañerismo y de amor al arte, y todo lo que no esté en ese patrón sobra.

–Y esa misma limpieza, ¿existe también en el mundo de la interpretación?
–Totalmente. Hay mucho compañerismo. Luego hay gente muy egocéntrica y egoísta, pero son profesiones donde siempre existe el espíritu de equipo.

–Los logros deportivos pueden llevar hasta a conseguir un título nobiliario como en el caso de Del Bosque. ¿Cree que debería suceder lo mismo con los logros interpretativos o ésos no unen ni arrastran tanto como los otros?
–Esos no. Hoy día el fútbol lo arrastra todo, se lo come todo.


En primera persona
«Nací en Bruselas en 1973. Estoy soltero pero tengo novia, aún no tengo hijos, me siento orgulloso de haber conseguido hacer lo que quería y no me arrepiento de nada. Valoro la bondad, detesto el egocentrismo, soy constante, alegre, tengo capacidad para amar y no siempre me organizo bien fuera de mi profesión. Perdono, olvidar me cuesta más; a una isla desierta me llevaría a mi chica, a mis perros y unas gafas de buceo. Me gusta comer y beber todo lo que esté bueno. No se me suelen repetir los sueños, porque sueño más bien poco. De mayor me gustaría ser feliz y si volviera a nacer sería músico».