Barajas

Higuaín: goles contra la incredulidad

Higuaín no era la primera opción ni en el Madrid ni en la selección. Se ha ganado un lugar a base de puntería

La Razón
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Gonzalo Higuaín se convirtió ayer en el tercer delantero argentino capaz de marcar tres goles en un partido del Mundial. Stabile lo hizo en 1930 y Batistuta, uno de los grandes mitos de la albiceleste, lo consiguió en el 94 y lo repitió cuatro años después, en la época en la que Gabriel Omar era el mejor rematador del momento.

El «Pipita» ha colocado su nombre junto a ellos a base de fe, la que siempre ha tenido él en sus posibilidades, porque tanto en el Madrid como en la selección no era la primera opción al comienzo de temporada. En la pizarra de Pellegrini, Raúl y Benzema partían con ventaja para acompañar a Cristiano Ronaldo en la delantera, hasta que Higuaín les quitó el puesto a ambos con sus goles como argumento. Para Maradona era simplemente un desconocido no hace muchos meses. Lo conoció personalmente gracias a Heinze, que se lo presentó cuando se cruzaron durante la pretemporada en el aeropuerto de Barajas. Diego no lo había convocado ni con Argentina B y se llegó a decir que fue el propio Heinze el que aconsejaba a Maradona que no llevase al «Pipita».

Sus 27 goles en Liga con el Real Madrid, dos más que Cristiano Ronaldo, hicieron cambiar radicalmente de opinión al técnico albiceleste, que lo colocó directamente en el once titular junto a Tévez y Messi. Ni la deslumbrante actuación de Diego Milito en la final de la «Champions» le ha quitado los galones, que ahora, después de sus tres tantos, va a mantener hasta que Argentina siga en Suráfrica: «Me importa más la victoria del equipo que los goles. Estoy muy contento, es un triunfo importantísimo que nos permite estar prácticamente clasificados para octavos de final, pero no hay que relajarse. Esto es un Mundial y tenemos que seguir concentrados. Hoy (por ayer) metí todos los que fallé ante Nigeria».

 

«Perdón a Platini, pero no a Pelé»Diego Maradona apagó después del partido de Corea alguno de los fuegos que provocó en la previa. Después de decir que su equipo había «hecho un partido redondo», pidió perdón por lo que había afirmado de Platini: «Nobleza obliga, me mandó una carta explicándome que no había dicho lo que ustedes me dijeron. Por eso quiero pedirle disculpas... pero no a Pelé», aseguró Diego, que volvió a lucir su «elegante» traje gris.