Bruselas

España todavía sin opinión sobre la mejora del fondo de rescate europeo

En la película «Sombras y Niebla», Woody Allen agota sus energías intentando averiguar cuál es el plan del que hablan sus vecinos para atrapar al asesino. Algo parecido pasa con España y su posición sobre los retoques del fondo para ayudar a los miembros del euro con problemas.

La UE debe decidir esta semana los cambios que introducirá en su fondo de rescate
La UE debe decidir esta semana los cambios que introducirá en su fondo de rescatelarazon

Durante la pasada cumbre europea, resultó imposible destilar una idea clara sobre cuál era la opinión española, a pesar de que se informó de que había llamado al líder de la oposición. Zapatero no se inclinó en la rueda de prensa posterior por ninguna de las opciones –aumento del fondo o su flexibilización–, cuando la presión de los mercados ya indicaba que los Veintisiete no sólo tenían que preparar el futuro del fondo más allá de 2013, cuando caduca, sino también hormonarlo para suplir en caso de emergencia la huida de los inversores de la deuda de las economías periféricas. «La posición de España es la posición de las decisiones del Consejo [que agrupa a los Gobiernos de los Veintisiete]» dijo el presidente, sacrificando la voz española en beneficio del coro europeo. Además, defendió, «de momento», la actual cuantía del fondo porque dijo que la UE «tiene los instrumentos suficientes para garantizar la fortaleza».

Entre sombras

Un mes después, y a pesar de que España sigue en el centro de la diana y todos los grandes ya empiezan a dejar claras sus opciones respecto a los retoques que necesitan los 440.000 millones del llamado Fondo Europeo para la Estabilidad Financiera, nuestro país sigue entre las sombras. Un alto funcionario español aseguraba el miércoles a este medio que todavía esperaban la respuesta de Madrid, a pesar de que los Veintisiete ya habían mantenido reuniones el lunes y el martes para discutir las alternativas. Más aún, fuentes españolas seguían el viernes sin ofrecer una postura española, a pesar de que hoy los ministros de Finanzas del euro discutirán en Bruselas las diferentes posibilidades. «Consideramos bueno lo que conduzca a una mayor solidez de la Unión», resumía de manera general.

Francia ya ha adelantado que su ministra Christine Lagarde defenderá que el Fondo pueda comprar deuda de las economías con problemas. Una idea que también defiende el presidente del Banco Central Europeo, Jean Claude Trichet, cuya institución ya ha desembolsado 74.000 millones para aliviar las presiones sobre Portugal o Irlanda. Alemania, por su parte, parece más dispuesta a incrementar la capacidad real que tiene el fondo para prestar, ahora muy inferior a los 440.000 millones, ya que para mantener la máxima calificación de los bonos que emite para financiarse sólo le quedan operativos unos 250.000 millones.

La Comisión Europea, por su parte, abogó en boca de su presidente, José Manuel Durao Barroso, por un «reforzamiento» financiero del fondo y ampliar su campo de acción, aunque de momento no quiere poner cifra al aumento que necesita la red de salvamento. Quien sí lo ha hecho es el ministro de Finanzas belga, Didier Reynders, partidario de incrementarlo a los 1,5 billones.

Lo que parece claro es que se quiere responder con agilidad a los mercados. Por ello, Barroso urgió a tomar una decisión antes de la próxima cumbre europea del 4 de febrero. Además, los Veintisiete también barajan relajar la condicionalidad de los créditos, de tal manera que puedan servir como inyecciones de liquidez a corto plazo para un país que atraviese problemas de caja temporales. «Si un país está caminando hacia sus objetivos de déficit y de deuda y atraviesa problemas puntuales, ¿por qué íbamos a exigirle más requisitos?», se preguntaba una fuente.