El Cairo

Saleh pone a Yemen al borde de la guerra civil

Después de negarse a firmar un acuerdo para poner fin al conflicto en Yemen por tercera vez consecutiva y en el último momento, el presidente Ali Abdala Saleh trataba el domingo por la noche de culpar a la oposición del fracaso de las negociaciones y del deterioro de la situación en el país, con la amenaza de una guerra civil.

054NAC24FOT1
054NAC24FOT1larazon

Pocas horas después, sus fuerzas de seguridad se enfrentaban violentamente con milicias tribales opositoras en las calles de la capital, Saná, que ya el día anterior se habían visto tomadas por hombres armados, fieles al presidente, que incluso retuvieron durante algunas horas a diplomáticos occidentales en la Embajada de los Emiratos Árabes Unidos. Saleh se disculpó por el incidente, pero no parece dispuesto a ceder después de casi 4 meses de protestas multitudinarias en todo el país. Los enfrentamientos de ayer serían los más violentos registrados en todo ese tiempo entre fuerzas pro y antii gubernamentales, que emplearon incluso proyectiles de mortero y tanques, y en los que varios edificios del barrio Al Hasba resultaron dañados. El saldo, según algunas fuentes, es de dos muertos y 27 heridos, entre ellos varios policías.

La violencia se originó en los alrededores de la residencia de un líder tribal que abandonó a Saleh, el cual cuenta con el apoyo de la mayor parte de las fuerzas de seguridad y el Ejército. Éstos han sido los encargados de reprimir a los revolucionarios, que a su vez cuentan con el respaldo de algunas unidades militares y tribus. Todos los grupos están fuertemente armados y responden a complejos intereses y lealtades, pero hasta el momento no se habían enfrentado directamente y con armas pesadas. Mientras tanto, el consulado estadounidense permanecerá cerrado hoy y mañana por la «volátil situación de seguridad», informó Reuters. La oposición aseguraba ayer que seguiría adelante con las protestas de forma pacífica y que evitaría la violencia. «El presidente cree que la única solución es provocar una guerra civil», declaró el líder juvenil Wassim al Qershi a AFP.

Por su parte, la comunidad internacional mostraba su descontento por el nuevo rechazo de Saleh a la propuesta elaborada por sus vecinos del Golfo, que prevé su salida del poder a cambio de inmunidad para él y su círculo íntimo. La oposición ya había suscrito el texto el sábado y el acuerdo parecía ya cerrado el domingo, cuando el presidente yemení volvió a echarse para atrás. Por ello la Secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, aseguraba ayer que «Saleh es la única parte que rechaza cumplir su palabra».

Las tribus se rebelan contra Adbala Saleh
El presidente yemení, Alí Abdala Saleh, quien desde su llegada al poder estableció un pacto acomodaticio con las grandes tribus del país, se ha visto ahora rebasado por el poder que tienen los dos grupos más grandes: los Bakil en el norte, que representan dos tercios de la población yemení, y los Hached. Los jeques de estas tribus, que se dividen en clanes, no sólo dominan territorios, cuentan con una importante representación en el Ejército, la economía y las instituciones estatales. En donde el gobierno no llega, los líderes tribales ejercen una gran influencia.