Móstoles

Caso Meño: una «maquinación fraudulenta»

El Supremo cree que se ocultó a los familiares lo que pasó en quirófano. La nueva declaración de uno de los médicos ha sido la clave. 

Una «maquinación fraudulenta»
Una «maquinación fraudulenta»larazon

Antonio Meño quedó en coma irreversible el 3 de julio de 1989, cuando se sometía una operación de cirugía estética –una rinoplastia–. Los procesos judiciales emprendidos absolvieron al cirujano y al anestesista, y al final fue condenado a pagar 400.000 euros por las costas del juicio. Desde hace casi un año y medio ha vivido en una especie de tienda de campaña en una plaza madrileña. El Tribunal Supremo (TS) resolvió ayer que se reabra el caso porque, tras la declaración de un médico que estuvo presente en la operación y del que no se tenían noticias hasta hace poco tiempo, ha constatado que se produjo, ni más ni menos, que una «maquinación fraudulenta» para evitar que los familiares pudieran realmente conocer lo que sucedió aquel nefasto día en un quirófano de la Clínica Nuestra Señora de América de Madrid.

Para ello, se esgrime la declaración del nuevo testigo –quien realizó una declaración el pasado mes de marzo cuando se encontró en la calle con el «campamento» donde vivía la familia afectada–, quien manifestó ante los magistrados que los hechos no sucedieron en realidad como se declaraban probados en las sentencias. De hecho, aseguró que el anestesista no se encontraba en el quirófano cuando se desconectó el tubo por donde respiraba el joven, tras darse él mismo cuenta de que se registraba una alteración en la frecuencia del ritmo cardíaco del paciente.

«El interés de esa declaración», afirma la sentencia de la Sala Civil del Supremo de la que se ha sido ponente José Ramón Ferrándiz, pone de manifiesto «la realidad de un fraude procesal gestado fuera del proceso, entre los profesionales intervinientes en la rinoplastia estética». Y ello, añade la resolución, «con el fin de impedir a los perjudicados aproximarse remotamente (...) a la realidad de lo ocurrido».

Así, haber detectado esa «maquinación fraudulenta» es lo que lleva al Supremo a ordenar que se reabra la causa y que se vuelva a celebrar un juicio para determinar qué ocurrió en el quirófano hace 21 años.

La madre de Antonio Meño Ortega se mostró confiada ayer en que la decisión del Tribunal Supremo sirva para que «ahora sí» se haga Justicia. Juana Ortega expresó su «alegría» por la decisión del Tribunal Supremo y volverá en los próximos días, junto a su hijo, a su residencia en Móstoles.