Europa

Bruselas

La UE prepara duros castigos para los países incumplidores

Con la confianza de los inversores en caída libre, la plana mayor de jerarcas del euro pasó ayer de puntillas sobre la situación actual de descontrol para dedicarse en una comparecencia ante el Parlamento Europeo a su deporte favorito: ignorar los nubarrones del presente para enredarse en barrocas discusiones sobre injertos legislativos futuros.

Durao Barroso, presidente de la Comisión Europea, en su intervención de ayer ante el europarlamento
Durao Barroso, presidente de la Comisión Europea, en su intervención de ayer ante el europarlamentolarazon

BRUSELAS- Alineándose totalmente con las tesis alemanas, partidaria de una férrea disciplina fiscal sin complejos, el presidente del Consejo Europeo, y también ahora de las nuevas cumbres del euro, Herman Van Rompuy, abrió la puerta a la suspensión del voto en el consejo «en casos extremos» para los países con déficit excesivo.

Esta suspensión del voto, que dejaría sin voz a los gobiernos de los estados miembros, y por tanto a sus ciudadanos, es una de las pocas propuestas de la canciller alemana, Angela Merkel, que no habían cuajado hasta ahora, de-sactivada por el propio Van Rompuy el pasado año. Sin embargo, ante la gravedad de la crisis, los europeos parecen echarse definitivamente en brazos de las tesis más duras de Berlín, y también defienden «la suspensión de fondos estructurales y otros pagos, o poderes para una autoridad central para intervenir en el proceso presupuestario nacional», como también sugirió Van Rompuy.

El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, profundizó más en este control presupuestario de Bruselas al adelantar que el miércoles presentará un reglamento para una «vigilancia reforzada» de los socios del euro con procedimientos de déficit excesivo. Con estas normas, «la Comisión y el Consejo podrán examinar las propuestas de presupuestos nacionales para poder opinar antes de su adopción por los parlamentos nacionales, solicitando segundas lecturas en los casos más serios». La Comisión vigilará la ejecución de los presupuestos y, «si fuera necesario, sugerirá cambios».

Mayor papel de la Comisión
Consciente de que la medida provocará recelos o directamente la oposición de unos parlamentos con la mirada cada vez más alejada de Europa, Barroso quiso aclarar que «la última palabra» la tendrán las cámaras nacionales. Pero avisó de que el aumento de la vigilancia llevará «inevitablemente» a la Comisión a tener un «mayor papel en dominios previamente restringidos a gobiernos nacionales o parlamentos».

Jean Claude Juncker, presidente de la reunión de los ministros de Finanzas del euro (Eurogrupo), también se dirigió a la Cámara para proponer que los miembros en apuros acudan al Parlamento Europeo a una especie de audiencias para «explicarse por sí mismos, porque eso beneficiaría a todos», en lo que fue una crítica velada a la cacofonía que ha envuelto las discusiones en torno al problema de Grecia o el fondo de rescate.

Las ideas del sanedrín del euro no despertaron simpatías entre los jefes de los grupos políticos. El líder de los socialistas, y futuro presidente de la Eurocámara, el alemán Martin Schulz, recriminó a los presidentes comunitarios que se abra el melón de otra reforma de los tratados «porque lo quiera Merkel, aunque no sea lo que necesita Italia o Grecia, y no habéis tenido el valor de decirle que no». Las propuestas de reforma del Tratado, en las que trabajan Van Rompuy, Barroso y Juncker, se presentarán en diciembre, y pretenden llegar a un acuerdo con los socios del euro en marzo o junio.

Por su parte, el jefe de los liberales, Guy Verhofstadt, volvió a realizar una encendida defensa de los eurobonos, a los que se opone frontalmente la canciller alemana, a pesar de que su «grupo de sabios» económico se los ha recomendado. Barroso anunció que el próximo miércoles también presentará su propuesta de eurobonos, que «serán vistos como naturales una vez logremos nuestro objetivo de una gobernanza y, por supuesto, una disciplina y una convergencia reforzadas en la zona euro».

 

Las propuestas de Bruselas
- El presidente del Consejo Europeo, Van Rompuy, quiere impedir el voto a los países con déficit excesivo.
- También se propone castigar sin fondos estructurales y otros pagos a los países más incumplidores.
- La Comisión pretende vigilar los presupuestos nacionales antes de que se aprueben. Si no gustan, Bruselas podría sugerir los cambios necesarios.
- El presidente del Eurogrupo, Jean Claude Juncker, quiere que los peores «alumnos» acudan a dar explicaciones al Parlamento europeo.
- Durao Barroso hará una propuesta el próximo miércoles para poner en marcha los eurobonos, pese a la oposición de Merkel.