F.C. Barcelona
Pésimo arbitraje
Buen partido de fútbol el sábado en el Camp Nou, con dos equipos que justificaron su situación en la parte noble de la tabla. El árbitro, Delgado Ferreiro, mal asistido en las bandas por sus jueces de línea, anuló un gol del Barça en el que no había fuera de juego. Hubiera representado el dos a cero y la tranquilidad. En la segunda mitad, también dio por válido el segundo gol de Messi en posición, hay que reconocerlo, dudosa. Además, permitió el juego duro por parte del Villarreal sin casi sacar tarjetas. Pese a este desastre arbitral vimos un encuentro de gran calidad.
«Chapeau» por el Villarreal, un equipo con clase, talento y fuerza. Y «chapeau» también por el Barça, que cada día lo hace mejor, con un festival de Messi, que una vez más marcó la diferencia. Por séptima vez consecutiva decidió el partido y, además, el primer tanto de su cuenta particular fue un gol para el recuerdo. Extraordinario. Villa hizo el primero, aunque el tres a uno final no refleja lo vivido en el campo, pues cuando el Barça estaba superenchufado vino el gol anulado y, acto seguido, el gol del equipo castellonense, lo que cambió el partido. De no haber sido así, hubiéramos vivido otro partido diferente tipo al del Sevilla, pero Delgado Ferreiro contribuyó con sus errores a cambiarlo todo.
El Barça tuvo que tirar de casta y amor propio, muy especialmente Xavi e Iniesta en el centro del campo, y Messi, genial, en la delantera. Bien por Guardiola, que pidió al equipo en el descanso que se olvidara de la actuación del árbitro y se pusiera a jugar al fútbol como ellos saben hacerlo. El resultado fueron tres puntos más, y seguimos para bingo.
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