Martín Núñez obtiene por fin su deseado triunfo en Sevilla

Por fin el novillero Manuel Martín Núñez cortó oreja en Sevilla. La temporada anterior estuvo muy cerca, pues en dos novilladas, sumó dos vueltas al ruedo, pero ayer domingo unió faena y estocada y se llevó su primer apéndice en la plaza de su tierra. Núñez cumplió en los lances de recibo ante su primer novillo, un animal que tuvo nobleza pero las fuerzas muy justas. El novillero sevillano le sacó una faena correcta, que comenzó en el centro de la plaza con el pase cambiado y posteriores tandas sobre la diestra, que tuvieron buen son. Con otra tanda de naturales demostró su buen corte, aunque a su labor le faltó una pizca de emoción, posiblemente la que le faltó al novillo. Acertado con la espada, hubo petición de oreja, no concedida. Sí que se la llevó del cuarto astado, que lo puso en apuros en los lances de recibo y tomó bien la muleta, sobre todo, por el pitón izquierdo, con la tendencia a irse y salir en ocasiones distraído, pero el novillero estuvo muy entonado. Sobre todo, en las tandas con la izquierda, que llegaron mucho al tendido. Estuvo de nuevo acertado con la espada y por fin obtuvo trofeo en Sevilla. Manuel Larios se estiró con el capote y construyó una faena en la que dominaron las primeras tandas, tanto por la diestra como con la zurda. El primer novillo de su lote tuvo buen son, pero desistió pronto, por lo que el extremeño no pudo culminar con brillantez su faena, que remató bien con la espada. Menos opciones le dió el quinto, pues se paró muy pronto y deslució los intentos de faena del novillero. Prácticamente inédito por las condiciones adversas del desrazado utrero.

Tres semanas ingresadoConchi Ríos mostró buenas maneras con el capote, queriendo llevar despacito las embestidas de su oponente, pero el primero de su lote se fue parando demasiado pronto. Estuvo muy dispuesta y con ganas de agradar, con oficio y por encima de las posibilidades del utrero, al que mató, al menos, certeramente, de una estocada. Manejó de nuevo con soltura el capote ante el sexto, un animal que se movió mucho en la muleta y al que le plantó cara la novillera con tesón. Fue una faena vibrante que llegó rápidamente a los tendidos, hasta que el novillo se fue parando, buena actuación en conjunto.