Barcelona
Los indignados se quedan en el «huerto» de plaza Cataluña
Deciden seguir acampados más allá de las elecciones.
Retirados todos los carteles que pudieran comprometer la acampada en plaza Cataluña, los concentrados vivieron ayer un día más de resistencia festiva. El centro de Barcelona vivió su particular día de reflexión entre juegos infantiles, conciertos improvisados y clases de yoga colectivas. Pese a los dictámenes de la Junta electoral Central y de la provincial de Barcelona, la Policía no hizo acto de presencia, al menos portando uniforme. Los Mossos d'Esquadra ya dijeron que sólo actuarían si se producían incidentes.
«Joven, ¿dónde puedo dejar ésto?», preguntó un anciano a uno de los acampados sosteniendo una caja de galletas. «Mire, ahí enfrente, en la comisión de cocina. Gracias!», contestó el chico al hombre, que respondió «¡gracias a vosotros!». El gesto del anciano no fue el único. Familias, parejas, grupos de gente mayor y turistas se acercaron a la plaza para curiosear unos, sellar su apoyo con un firma otros, y sumarse a los debates otros tantos.
Especial relevancia tuvo la asamblea de barrios. Representantes de cada uno de ellos fueron desgranando qué acciones y reivindicaciones están llevando a la calle. La movilización se extiende a los barrios barceloneses, que podrían sumarse a la cacelorada diaria de las 21.00 horas.
Tras una semana de dormir al raso, el centro de la Ciudad Condal ha sido literalmente tomado por los indignados. Miles de pancartas y mensajes cuelgan de farolas y árboles. Cada comisión se ha hecho un hueco para desarrollar su actividad y la acampada cuenta con huerto propio.
Reunidos por la tarde en asamblea, los concentrados decidieron persistir en la acampada más allá del 22-M, día en que se darán los primeros indicios o no de la influencia del movimiento en las urnas. También han convocado una marcha el 15 de junio. Falta aún un manifiesto en común y, de hecho, comisión a comisión, se sigue trabajando en él, pero el tiempo pasa.
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