Mundial de clubes
Con angustia
No hay peor cuña que la de la misma madera. Aranda salió de las categorías inferiores del Madrid y por su peculiar personalidad perdió su oportunidad en el Villarreal y luego pasó por un par de clubes. Recaló en Osasuna, donde parece que ha encontrado serenidad, estabilidad psíquica y progresión futbolística. Ayer fue figura clave.El Madrid había vendido todas las localidades. En las vísperas se pensaba que el Villarreal iba a ponerle el título a pedir de boca. Para ello bastaba con vencer a Osasuna. El equipo navarro con entrenador madridista, Camacho, plantó cara. Aranda aprovechó el primer error defensivo y puso el marcador a su favor. Después del empate de Cristiano, Aranda creó la ocasión para que marcara su compañero Vadocz. Al borde del descanso empató Marcelo, rematador inesperado. Osasuna anotó en dos ocasiones y puso en apuros al Madrid varias veces. El problema no residía en la defensa, sino en la alegría con que jugaba el equipo hacia arriba y la poca fuerza del centro del campo en funciones defensivas. Kaká no está para sacrificios y Granero es también fino estilista. La ventaja madridista está en su fortaleza atacante. La aparición de Cristiano es garantía de máximo peligro. El primer gol fue fabricación propia y el de la victoria, el remate de quien sabe seguir la jugada. Osasuna no supo ganar el partido cuando Vadocz y Masoud, solos ante Casillas, no marcaron el tercero, que pudo haber sido fatal para el Madrid. La victoria llegó por el cansancio de Osasuna y el empuje final. No ganó como un campeón.
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