Álvaro Pombo un héroe para el Nadal

 Pombo se impuso entre las 313 obras presentadas al concurso literario, llegadas de toda España y América Latina, además de Estados Unidos, Francia, Hungría o Alemania. Así lo quiso destacar el jurado del Nadal que en esta ocasión estuvo formado por Germán Gullón, Lorenzo Silva, Andrés Trapiello, Ángela Vallvey y Emili Rosales. La noche en la que se recuerda a los escritores Eugenio Nadal y Josep Pla fue ayer la de Álvaro Pombo.

La obra premiada, «El temblor del héroe», presentada bajo el seudónimo de «Los amigos de Román», traslada al lector hacia las calles del Madrid de nuestros días. Es allí donde el protagonista de la novela, un profesor universitario de Filosofía ya jubilado, asiste impertérrito a un trágico suceso ante el que es incapaz de reaccionar. Con este telón de fondo, Pombo construye una historia en la que se reflexiona sobre el engaño y la manipulación pero, sobre todo, ante la falta de sensibilidad ante el dolor ajeno. Pombo dijo que este premio supone «mi coronación». Hace 65 años leía ‘‘Nada'', de Carmen Laforet (primera obra galardonada con el Nadal), y me pareció la mejor novela del mundo. En 1975 fui a Barcelona para ir derecho a la calle Aribau, donde trascurre la novela, en un piso inverosímil». Pombo afirmo que «en 1975 vivíamos un concepto de la ‘‘nada'' y ahora, en 2012, vivimos en el concepto de la ‘‘nada líquido'', insustancial y resbaladizo». Definió «El temblor del héroe» como «una novela que trata de la épica del cuidado, pero al revés, describiendo personajes que descuidan a otros».

Denuncia de la injusticia
El autor de novelas como «El héroe de las mansardas de Mansard» o «La previa muerte del lugarteniente Aloof» regresa a uno de los temas que han surgido con más fuerza en su carrera literaria, como es el de la denuncia de situaciones injustas. Igualmente, el escritor vuelve a apoyarse en un relato psicológico con el que deja que el peso de la historia recaiga sobre los personajes de «El temblor del héroe». En este sentido, la novela destila el compromiso social de un escritor a quien no le ha importado tener que situarse ideológicamente y apoyar a algún partido político en campaña electoral. Álvaro Pombo también ofrece una reflexión sobre el dolor y el papel de una sociedad que se escuda en la indiferencia para no actuar. El autor invita a la reflexión a un lector que no quedará indiferente ante los acontecimientos narrados en «El temblor del héroe».

Precisamente, en el protagonista de la novela, el profesor universitario, puede entreverse otra de las pasiones del escritor: la filosofía. En el discurso que Carmen Iglesias dedicó a Pombo con motivo del ingreso de este en la Real Academia Española, lo definía como filósofo, aunque él negara esa etiqueta. Porque de la filosofía, Pombo asegura que se ha limitado a robar «su color», su «poderoso ritmo, el gusto formidable de la prosa, de la elocuencia de los grandes filósofos». También vuelve a tomar a un hombre de la universidad como protagonista, al igual que hiciera en «La previa muerte del lugarteniente Aloof».

Por otra parte, Pombo vuelve a demostrar su peso como narrador en un premio literario. El Nadal era uno de los pocos galardones que no estaban en su poder. El autor ha logrado a lo largo de su carrera literaria premios como el Herralde de Novela (1983), el Nacional de la Crítica (1990), el Nacional de Narrativa (1997), el Fundación José Manuel Lara (2002) o el Planeta (2006), entre otras distinciones.

La velada de anoche, pistoletazo de salida de la nueva temporada literaria, volvió a reunir en una cena a algunos de los principales protagonistas del mundo de las letras. El acto contó con la presencia del presidente de la Generalitat Artur Mas, el conseller de Cultura Ferran Mascarell, el alcalde de Barcelona Xavier Trias y el ex presidente José Montilla, además del presidente del Grupo Planeta, José Manuel Lara. Asimismo estuvieron en la noche del Premio Nadal escritores como Pere Gimferrer, Carme Riera, Eduardo Mendoza, Juan Eslava Galán, Lucía Etxebarría, Miquel de Palol y Javier Tomeo, entre otros.

El dato
TRAS LOS PASOS DE ANA MARÍA MATUTE
 Dos de los premios más prestigiosos de las letras españolas, el Nadal y el Planeta comparten ganadores. El último de ellos Pombo, que en 2006 ya ganó el Planeta con «La fortuna de Matilde Turpin». Entre la lista de escritores multipremiados destacan nombres como los de Lucía Etxebarría, Juan José Millás, Rosa Regàs, Ana María Matute, Maruja Torres o Luis Romero. La primera en repetir los dos galardones fue Matute, quien en 1954 obtuvo el Planeta con «Pequeño teatro». Cinco años después, en 1959, se hizo con el Nadal por «Primera memoria».