Crítica de cine

Frente a cubierto: triunfa el flequillo

Termina en pico, va ligeramente desfilado, y se deja caer hacia un lado del rostro. Hablamos del flequillo más trendy, ése con el que ya se han dejado ver Kate Blanchet, Victoria Beckham, Sienna Miller o Kate Moss.

EL LOOK MÁS JOLIE. Angelina se ve obligada a cambiar su look para todas las películas, pero fuera de la pantalla se mantiene fiel al flequillo abierto
EL LOOK MÁS JOLIE. Angelina se ve obligada a cambiar su look para todas las películas, pero fuera de la pantalla se mantiene fiel al flequillo abiertolarazon

En su caso, se trata de cortes medidos al milímetro por los mejores estilistas, pero en otras ocasiones, el ya bautizado como el «side swept bang» parte de un desesperado intento por apartar del rostro un flequillo recortado por malas decisiones o exigencias del guión. Angelina Jolie lo sabe bien. Pero aunque tuvo que sacrificar su melena para cerrar el rodaje de «Salt», se mantiene fiel a un flequillo abierto que en ocasiones requeriría de una fijación más fuerte para mantenerse en su sitio, y que ya le han «copiado» Sara Carbonero.

Jennifer López ó Shakira, por el contrario, lo dejan crecer para lucir el llamado flequillo «en pagoda», aunque en su caso, es difícil determinar si se trata de un flequillo o de unas capas frontales.

Un buen camuflaje

¿Dónde estaría el límite?, ¿es cuestión de centímetros? Como define Juan Carlos Fano –director de Tendencias de R´Difusión– «flequillo es todo aquel cabello que cubre parcial o totalmente la frente». Siguiendo esta definición, el «side swept» también se podría improvisar sin tener que pasar por la tijera. Eva Longoria domina esta técnica, y recurriendo a una raya lateral baja y a una buena dosis de productos de fijación, mantiene las formas cuando quiere.

Sea lateral, extra-largo y tupido, reducido a su mínima expresión, de puntas mordidas o alargado hacia los laterales, lo que sí es cierto es que el flequillo se ha reconciliado con las mujeres. Razones no le faltan, además de ser extremadamente juvenil, puede camuflar las marcas de la edad en el tercio superior del rostro, y ahora, con la llegada de la queratina capilar, se convierte en un accesorio de moda más. Como señala la estilista Yolanda Aberasturi, «la excusa del encrespado o la onda rebelde que se esgrimía en los tocadores de los salones de peluquería se queda sin fundamento gracias a este tratamiento, que permite controlarlo con mayor facilidad».

Por encima de medidas o formas, Fano apuesta por los bangs más naturales «que no exijan grandes dosis de fijación y vayan armonizados con el corte y el color». El estilista Carlos Gálico, por su parte, recuerda que «siempre hay que tener en cuenta factores como las facciones de la clienta y la textura de su cabello, porque cortar un flequillo en melenas rizadas u onduladas, a no ser que se someta al cabello a un alisado químico, supone una esclavitud continua con la plancha. Al final, las que van contra natura son las únicas arrepentidas».

Se las reconoce con facilidad, van cargadas de horquillas para controlarlo cuando quieren retirarlo del rostro o, como en el caso de Sandra Bullock en la pasada ceremonia de los Oscar, recurren al recogido tirante y sobre texturizado. Sus rasgos, fuertes y marcados, hubieran admitido mejor un flequillo lateral que el corte tupido y recto que eligió.