Castilla y León
Un flojo festival de cine en Valladolid por Carlos Pumares
La 57 edición de la Semana Internacional de Cine de Valladolid, la popular Seminci, ha llegado a su final. Un avaloración de conjunto nos mostraría que ha sido un festival flojo. Para recordar sólo dos o tres películas. la espiga de Oro para ‘Los caballos de Dios', de Nabil Ayouch. Buena película que, partiendo de la base real de los atentados terroristas suicidas del año 2003 en Casablanca, reconstruye una posibilidad de vida desde la infancia de los futuros mártires. La película muestra la pobreza, la delincuencia pequeña... todo un mundo marginal en un barrio de chabolas a las afueras de Casablanca, como caldo de cultivo para el islamismo integrista. Su vida, su adoctrinamiento y el final con su muerte, y lo de gente inocente. Una buena ‘Espiga'. Curioso, que una de las mejores películas, ‘La quinta estación', de Peter Brosens y Jessica Woodworth, sea la más galardonada: Premio Especial del Jurado, Premio Fipresci y Premio de la Juventud. Película extraña y maravillosa; rara y fascinante. Pequeña villa. La hoguera del fin del invierno no arde; las abejas no aportan miel; las vacas no dan leche; el pollo no canta. No se sabe por qué. No importa y surge toda la religión pagana ancestral para dejar el mal. Película muy recomendable. Luego el Jurado, es el que da más componendas absurdas de todos los de este año para así premiar a un montón que caerán en el olvido. A destacar que los dos más consagrados, ni han rascado un premio. ‘Al nacer el día', de Goran Paskaljevic, con tres Espigas de Oro a sus espaldas y el superconsagrado Mika Kourismak, con su muy maja ‘Rumbo al norte'. Adiós a un Valladolid flojo. Y el próximo, unesperanzador San Sebastián de terror.
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