Elecciones generales
Al PSOE no le gusta el pasado
MADRID-Schhh... Silencio absoluto y comienza el debate. Y se acaban los gritos, los aplausos y las risas que hasta el momento habían sido la tónica del ambiente en la sede del Partido Socialista. Unas cien personas se aglutinaban en la sala habilitada para poder seguir el cara a cara de los candidatos. Sin sillas para todos, los asistentes encontraban cualquier hueco alrededor de la pantalla gigante desde donde se podía seguir el debate. Algunas caras conocidas del mundo del espectáculo que allí se encontraban recordaban que aquellos de «la zeja» no están tan lejos de Rubalcaba como se creía. Entre los rostros de notoriedad del PSOE estaban los ex ministros Jesús Caldera y Cristina Narbona o el ex candidato de la Comunidad de Madrid Rafael Simancas. Aunque ninguno de ellos lo vio con el resto de los afiliados y simpatizantes del partido. El lugar desde donde se trabajaba por controlar las redes sociales echaba humo. Unas seis personas controlaban cada una de las palabras que su candidato decía a través de la pantalla. Twitter también fue protagonista en la sala principal, y los Iphones y las Blackberrys desde donde cada palabra que decía Rubalcaba era inmediatamente enviada a la red. El cátering permitía pocas palabras a los asistentes, y es que los comentarios son incompatibles con bocas llenas de sándwiches y tortilla. El silencio sólo lo rompieron algunas carcajadas cuando el candidato socialista envió alguno de sus dardos envenenados a Rajoy, o cuando éste último llamó a Rubalcaba… Rodríguez. Las quejas de los socialistas presentes se dirigían sobre todo a la mención constante del candidato popular al año 92, y es que parece que recordar viejos tiempos no gusta mucho en Ferraz.
La señal de TV se perdía justo cuando salía Rajoy
Los asistentes pudieron disfrutar de un cátering formado por sándwiches y tortillas acompañado de bebidas durante el transcurso del debate.
La señal de televisión no era muy buena en la sede de Ferraz y, curiosamente, se perdió varias veces coincidiendo con las palabras del candidato popular. «Gracias a Dios», corearon los asistentes cuando el líder del PP le dijo a Rubalcaba que «yo no soy usted». Ironía frente a la adversidad.
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