Casas reales
El uniforme de marinerito
El uniforme militar de Alberto II de Mónaco tiene mucha guasa. Era lo más parecido a esos disfraces espantosos de marinerito que se utilizaban hace unos años en la primera comunión. Me recordó a Louis de Funes convertido en coronel de la Gendarmería. La ventaja de ser el soberano de Mónaco S.A. es que puede autotitularse mariscal de las Fuerzas Armadas, tanto terrestres y marítimas e incluso submarinas. Era un uniforme tan feo como pretencioso. Nada que ver con el que utilizaba el otro día el príncipe Guillermo de Cambridge. Al igual que nuestro soberano o su hijo, los tres son militares de carrera y saben utilizar un uniforme. Las condecoraciones parecían más propias de alguna película de principados imaginarios como las que protagonizó su madre. Es bueno no hacer el ridículo, pero hay que reconocer que esas bodas con un cierto toque hortera funcionan muy bien en los programas y las revistas del corazón. El fondón Alberto, con su disfraz de militar, y la nadadora reconvertida en princesa irán ahora a la búsqueda de un heredero.
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