País Vasco

Vítores tras la salida de prisión de otro etarra

El etarra José María Múgica Picabea salió ayer del centro penitenciario de Alicante II, en Villena, tras cumplir la totalidad de la pena de 18 años por colaborar en el asesinato de una persona a que la banda criminal identificó como traficante de drogas.

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Lo juzgó, sentenció y ejecutó en el mismo acto, como hacen siempre los fanáticos con las personas a las que quieren eliminar. Múgica vigiló a la víctima, con el fin de comprobar cuáles eran sus costumbres. La salida de prisión del terrorista se produjo poco después de las ocho de la mañana. Le esperaban una treintena de familiares y amigos, que portaban ikurriñas y pancartas con peticiones a favor del acercamiento de los presos. Habían llegado poco antes en una decena de coches y un autobús.

Al salir Múgica de la cárcel, aplaudieron y brindaron. A continuación, varios de los de lo que habían llegado en el autobús, se pasearon con las banderas alrededor del perímetro del centro penitenciario antes de marcharse.

Según el último listado hecho público por Etxerat, la organización que agrupa a los familiares de los presos, en Villena cumplen condena Juan Carlos Iglesias Chouzas, «Gadafi», un pistolero del «comando Vizcaya» con numerosos asesinatos a sus espaldas; Arkaitz Goicoeceha Basabe, del «Donosti», que participó en el atentado contra el cuartel de la Guardia Civil de Legutiano, en Álava, en el que murió un agente; e Ignacio Pujana Alberdi, «Alain Delon», que llegó a ser jefe de las células criminales. Se supone que el paseo que dieron los del autobús fue para animarles.

Múgica Picabea, nacido el 30 de agosto de 1968, fue condenado por la Audiencia Nacional en 1995 a 18 años de prisión por colaborar en el comando «Ipar Haizea». Recabó información y realizó vigilancias sobre Raúl Suárez Fernández, un joven de 24 años, que fue asesinado en Rentería el 8 de junio de 1991 por los miembros de la célula. La banda, al asumir la autoría, dijo que era narcotraficante. Suárez se encontraba paseando con su perro, al que los terroristas, no conformes con acabar con la vida de su dueño, también mataron.

Cinco millones
Múgica fue condenado a pagar, junto con otros miembros del «comando», cinco millones de pesetas a los familiares de la víctima. No se tienen noticias de que esa deuda haya sido saldada.

18 días sin rastro de Troitiño
El pasado 13 de abril, fue puesto en libertad el etarra Antonio Troitiño Arranz, que perteneció al «comando Madrid» y que fue condenado por 22 asesinatos, entre ellos los de 17 guardias civiles. Su excarcelación, decidida por una sala de la Audiencia Nacional, pilló por sorpresa a todos, hasta al propio pistolero, que se dirigió a su domicilio en San Sabastián, donde esa noche le hicieron un homenaje en una sede de Batasuna.

El terrorista barruntaba que los jueces podían revocar su decisión y pasó directamente a la clandestinidad, situación que domina por los casi dos años que estuvo en Francia en pisos de la banda. Los expertos creen que puede estar escondido en el País Vasco o en territorio galo, cerca de la frontera, a la espera de que ETA le dé documentos falsos.