África

El Cairo

Los islamistas ya cantan victoria

El ex primer ministro Shafiq también se proclama ganador a falta del recuento final. La Junta Militar refuerza su poder ante un posible triunfo de los Hermanos Musulmanes

Los islamistas ya cantan victoria
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EL CAIRO- Los egipcios tendrán que esperar todavía algunos días para conocer oficialmente quién es su nuevo presidente, el primero elegido democráticamente en toda la historia del país. Pero los Hermanos Musulmanes ya se proclamaban ganadores a pocas horas del cierre de los colegios, asegurando que su candidato, Mohamed Mursi, había conseguido un 52% de los votos en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales celebrada el pasado fin de semana.
El Hermano prometía «servir a todos los egipcios», incluida a la minoría cristiana, tremendamente asustada ante la posibilidad de un presidente islamista. También prometía trabajar «por un futuro mejor, por la libertad, la democracia y la paz», destacando que no habrá «arreglos de cuentas». El histórico grupo islamista, nacido en Egipto en los años 20 e ilegalizado desde la década de los 50, ha sido perseguido y reprimido por todos los gobiernos, y en los últimos 30 años por el régimen del ex presidente Mubarak.

El candidato que representa a la dictadura, el ex militar Ahmed Shafiq, no aceptaba ayer su derrota en las urnas frente a Mursi, a pesar de que tanto la Hermandad como todos los medios locales situaban al islamista a la cabeza, con una diferencia de hasta un millón de votos. «La carrera es muy apretada, pero está aún abierta», aseguraba a LA RAZÓN Karim Salem, un portavoz de la campaña de Shafiq, que estimaba que su candidato podría haber conseguido el 52% de los votos. Salem decía que están a la espera de los resultados oficiales, previstos para el jueves, y acusaba a la campaña de Mursi de «adelantarse a los hechos» y «saltarse el proceso democrático». Asimismo, el equipo del «mubarakista» presentará hoy ante la Comisión Electoral las quejas formales por fraude, que según dijo Salem a este periódico, ha sido «masivo».

Por su parte, los Hermanos Musulmanes se mostraban ayer muy seguros de su victoria y de los resultados anunciados: «Son datos oficiales, validados en cada colegio por los jueces», explicaba a LA RAZÓN Aisha Al Haddad. «Ahora sólo tenemos que esperar el cómputo general de la comisión electoral», añadió. La portavoz de la campaña de Mursi subrayaba que adelantarse al anuncio oficial «no es ilegal» y confiaba en que, si hay variación en los resultados, será insignificante. Asimismo, Al Haddad rechazaba las acusaciones de fraude y decía que el proceso ha sido limpio «en general».

Estados Unidos, preocupado
Gane quien gane, quien mandará realmente en Egipto será la Junta Militar, que incluso antes de conocer el ganador ha emitido una nueva declaración constitucional adicional en la que establece los poderes del nuevo presidente. Éste podrá, por ejemplo, nombrar al Gobierno, pero no tendrá poder sobre el presupuesto estatal ni sobre los asuntos relacionados con la Defensa. Los militares, que ocupan la presidencia de Egipto desde la marcha de Mubarak y tendrán que entregarla al elegido el próximo 30 de junio, aseguraban ayer que no quieren perpetuarse en el poder ni limitar el del presidente. Pero este último movimiento de la Junta se ve como la culminación de un «golpe de Estado» silencioso, después de que el Parlamento fuera disuelto la pasada semana. Los militares ejercen ahora el poder legislativo y, sobre todo, se reservan el derecho a redactar o vetar la nueva Constitución, en la que se fijará el estatus del Ejército, que busca preservar su independencia y fortaleza. Un portavoz del Departamento de Defensa de EE UU mostró ayer su «profunda preocupación» por los últimos movimientos del Ejército relacionados con la «constitución interina».