Fotografía

Demi Moore quiere vivir 150 años

La actriz busca en un libro que recomienda dietas cercanas a la inanición «acortar» la diferencia de edad con su marido

La actriz posó así de estupenda en unas vacaciones en el Caribe
La actriz posó así de estupenda en unas vacaciones en el Caribelarazon

El escueto bikini negro con el que Demi Moore se dejaba ver la semana pasada en una paradisiaca playa del Caribe en compañía de su marido (en la imagen) desviaba totalmente la atención. Sólo los más observadores pudieron fijarse en el libro que Ashton Kutcher leía con interés tumbado junto a la actriz. ¿El título? «The Youth Pill» (La píldora de la juventud). ¿El autor? David Stipp, un periodista de larga trayectoria, especializado en salud, que lleva años tambaleando los cimientos más asentados de la ciencia con sus teorías. Los ejemplares de su obra han pasado de estar ocultos al fondo del estante de ciencias a la pila de los «best sellers». No es de extrañar. ¿Puede haber mejor prescriptor que el escultural cuerpo de 48 años de la actriz? No sabemos qué pensará ella del contenido de la obra, pero si se la recomienda a su chico, parece acertado pensar que cree a pies juntillas en sus alegatos.

Habrá quien crea que el libro descubre, por fin, ese ingrediente secreto capaz de detener el tiempo en nuestras células. La obra arranca con una frase robada a Ashley Montagu: «La idea es morir joven, pero tan tarde como sea posible», y a lo largo de sus 320 páginas, este investigador desgrana los grandes hitos «anti-aging» de la década (gerontogenes, células madre, resveratrol, sirtuínas…). En positivo, sólo podrían extraerse dos mandamientos: la importancia de seguir una dieta muy frugal y el vital papel de las sirtuínas en el campo del envejecimiento.


El papel clave de las sirtuínas
Lo de las sirtuínas no es nuevo. Ya hay cosméticos que aseguran «manipularlas» a través de determinados principios activos. Pero como explica la doctora Aurora Guerra –jefa de sección de dermatología del Hospital Doce de Octubre de Madrid– a LA RAZÓN, «aún no hay evidencias claras de que un principio activo pueda llegar hasta las capas de la piel donde debería actuar». La dermatóloga señala el papel fundamental de esta proteína «en la que hay un gran fundamento genético, ya que se encarga de compactar el ADN celular y evitar mutaciones».

David Stipp también se refiere en su obra a sustancias capaces de activar estas proteínas y menciona algunas como el resveratrol. La doctora Guerra no duda de la eficacia de este ingrediente, «máxime si se toma por vía oral».

Pero, ojo, ahí tampoco se esconde el elixir de la eterna juventud, Demi. Como afirma la experta, «hay que tener cuidado con las sobredosis, si se activaran en exceso las sirtuínas, el ADN se compactaría tanto que no se desarrollaría de manera normal».


Una disciplina muy agresiva
La otra máxima de este nuevo gurú reside en la frugalidad de la dieta. Pero no se trata de un alegato a favor de la anorexia. La explicación científica está en los numerosos estudios realizados con animales de laboratorio y que ponen de manifiesto que las dietas cercanas a la inanición pueden prolongar su vida útil hasta en un 40 por ciento. Pero si Demi Moore piensa que con esas curas de desintoxicación a base de sirope de savia que cada cierto tiempo regala a su organismo tiene todo el camino hecho, está muy equivocada.

Como explica a este periódico la doctora Mª Dolores Madan, especialista en medicina «anti-aging», «la rama americana de esta disciplina es muy agresiva, y lo que hay que tener en cuenta es que ésta es una especialidad con apenas 10 años de vida, y aún no hay evidencias reales de que funcione. Estamos en la primera etapa de la que será una gran revolución, aunque la inanición nunca tiene efectos positivos, sino que provoca la muerte».

«Se trata de alargar la esperanza y la calidad de vida del paciente –explica la doctora– y, para ello, se sirve de la nutrición, los avances hormonales, el fitness, la psicología, la estética y la cosmética. Sí está claro que un exceso de azúcares provoca una caramelización de nuestras proteínas y acelera el envejecimiento de la piel y el organismo, y también que las dietas ligeramente hipocalóricas permiten vivir más y mejor. De hecho, ya se ha reducido al 45 por ciento la cantidad diaria recomendada de hidratos de carbono, de los que sólo un cinco podrían ser refinados, y se sabe que las grasas –que deben ocupar un 30 por ciento de nuestra alimentación– deben repartirse a partes iguales entre monoinsaturadas, insaturadas y polinsaturadas.

La inanición como tal no tiene fundamento científico válido y menos aún las curas depurativas extremas. Como añade Madán, «el propio organismo se encarga de depurar lo que le sobra y sólo hay datos científicos, que se conocen desde hace al menos 10 años».

En cuanto al ejercicio físico, la doctora destierra algunos de los mitos más asentados: «El exceso de deporte es negativo, ya que produce oxidación y puede acarrear enfermedades degenerativas, mientras que el ejercicio moderado y diario es la mejor opción».

Es muy natural que Demi More quiera vivir 150 años y conseguir de paso que la diferencia de edad con su marido se haga menos evidente, pero, por el momento no cuenta con las armas suficientes a su alcance.