El juez cierra la causa contra «Rentería» sin procesarle

El magistrado cerró ayer la investigación (a falta de lo que diga la sección primera de la Sala de lo Penal al respecto) tras tomar declaración, tal y como adelantó LA RAZÓN el pasado sábado, al etarra Jesús María Urribetxeberria, integrante del «comando» que secuestró al funcionario de prisiones. Como se esperaba, el terrorista se retractó de sus declaraciones ante la Guardia Civil en las que aseguró que fue «Gorosti» (un alias de Gracia Arregi) quien se negó a que liberaran a Ortega Lara y les ordenó continuar con el secuestro.
Como la declaración de un coimputado tiene escaso valor probatorio, el juez citó ayer a Urribetxeberria como testigo. Pero de lo dicho, nada de nada, pues aseguró que no sabe quién es «Gorosti» («dijo que es un arbusto y que no conoce a nadie que le llamen así») y que, en todo caso, «Iñaki de Rentería» no tuvo nada que ver con el «comando» y el secuestro.
En cuanto a los documentos firmados por «Gorosti» –que tras sendas pruebas caligráficas tanto la Policía como la Guardia Civil atribuyen a «Iñaki de Rentería»– el juez Pedraz insiste en que en los mismos «no se desprende relación alguna con el secuestro ni con que ejerciera funciones de dirección sobre el "comando"». Además, recuerda, que Gracia Arregi era «Gorosti» ya se sabía desde marzo de 2002 gracias a un informe policial.
Pedraz también cuestiona el informe de la Guardia Civil según el cual «Rentería» sustituyó a Julián Atxurra, «Pototo», como «jefe militar» de ETA, por lo que era el responsable del «comando» durante el último año del secuestro (dado que la sentencia que condenó a «Pototo» se establece que quien le relevó fue Juan Luis Aguirre Lete, y no Gracia Arregi).
En consecuencia, «no hay indicio mínimo» que acredite su relación con el secuestro, dice el instructor, que levanta las medidas cautelares al etarra y ni siquiera se pronuncia sobre la petición de vigilancia de las acusaciones.

En paradero desconocido
El ex jefe de ETA Ignacio Gracia Arregui, «Iñaki de Rentería», se ecuentra en paradero desconocido. No se ha dejado ver por Rentería tras su puesta en libertad provisional el pasado jueves, pese a que fue allí donde se refugió el etarra antes de su última detención por su supuesta relación con el secuestro de Ortega Lara. La Audiencia Nacional no ha ordenado vigilancia alguna sobre el ex jefe de la banda terrorista, como solicitaron la Fiscalía y las acusaciones populares. De hecho, el juez Pedraz dejó ayer sin efecto las medidas cautelares que le impuso (prohibición de salir de España, retirada del pasaporte y presentaciones semanales en el juzgado).