País Vasco
Los peligros de la Misiva
Sin duda, es una buena noticia el hecho de que ocho de los presos más sanguinarios de ETA hablen en una carta de «reconocimiento y reparación de los daños causados». No valorar ese inédito paso sería una reacción tan estúpida como su sobrevaloración. Y es que a ETA hay que temerla tanto cuando pone bombas como cuando le da por el género epistolar y por atentar contra la literatura. Como hay que temer a algunos de los «nuestros» a los que les entra como un «síndrome de gratitud» en cuanto los asesinos se dignan a perdonarnos la vida. Los peligros de la carta de los disidentes de ETA son volver a hablar de «hombres de paz» y humillar a las víctimas como se las humilló durante la negociación. Los peligros son el recochineo judicial del terrorista enmadrado Díaz Usabiaga o el pasaporte de Interior para dejarles presentarse a las municipales, lo que haría inviable el pacto López-Basagoiti en el País Vasco. El gran peligro es que en vez de moverse ETA nos empecemos a mover nosotros y que empiecen los de siempre a usar esa expresión tan idiota de «la pelota está ahora en el tejado del Gobierno». Preparémonos para esa gran ofensiva «alegórica» de la pelota y el tejado. No sólo a ETA se le da mal la literatura.
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