Portugal
Fallos por María José Navarro
Voy a decir una cosa a favor de Sara Carbonero, sin que sirva de precedente. Y lo voy a decir a pesar de mi tendencia natural a poner a caldo a las tías que están más prietas que yo y que me sacan muchos centímetros de altura, y a las que yo saco los mismos centímetros de cadera: si mi novio es el portero de España, servidora, a Iniesta, no hubiera podido preguntarle nada, porque en ese instante estaría tumbada en el suelo con una enfermera tratando de controlarme las constantes vitales.
Voy a decir otra. También a favor. A favor de Sergio Ramos, así que valoren la cosa como se merece. En pocas ocasiones una atlética dirá algo bueno de un jugador del otro equipo grande de Madrid, así que inmortalicen el instante. Hay que tener las agallas enormes para atreverse a tirar el penalti contra Portugal. No ya a tirarlo a lo Panenka, sino simplemente a tirarlo. Desde aquí mi admiración y mi respeto. Y voy a decir una tercera a favor de Portugal, una selección a la que echamos de menos en la final, de la que creo que nos hemos sentido los españoles muy cerca siempre. Para muchos era nuestra segunda opción, la más querida. Puede que Cristiano Ronaldo sea un futbolista sideral, pero es un pésimo embajador para cualquier causa. Su comportamiento, su actitud, sus modales, sus reacciones. Todo aquello que le hemos explicado a nuestros hijos que es educación básica, lo incumple. Eso no es un ganador. Dicho lo cual, al lío. Y que Dios coja a Pirlo «despistao».
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