Elecciones europeas

Las primarias

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Puerta del sol. En el balcón de la Casa de Correos, Esperanza Aguirre se peina con un moldeador. Junto a la puerta de La Mallorquina, Tomás Gómez vende barquillos. En la esquina de la calle Montera, Trinidad Jiménez en minifalda se apoya en una farola. Junto a la estatua del oso y el madroño se junta un coro de policías, loteras, vendedores ambulantes, turistas japoneses y señoras con bolsas de El Corte Inglés. A lo alto, el cartel de Tío Pepe tiene la cara de Zapatero.

Coro: ¡Hay que ver estas primarias, con un voto tan reñido se han cargado hasta un partido!
Espe: Y en Madrí, Madrí, Madrí, la que manda es la gachí.

Tomás: Ten cuidado, Mari Espe, no te hagas la permané, que pa darte para el pelo, yo sé lo que hay que tené.

Espe: Para por ahí, Tomasillo, no te subas al ladrillo, no te vayas a caer. Ni por patas ni patillas me vas a quitar la silla sin pegarte un buen traspiés.

Coro: ¿Cómo lo ves? ¿Cómo lo ves?

Trini:¿Y cómo lo veo yo, que era la reina del foro, perdida hasta en el decoro, me he quedao patas arriba, en plena remanguillé.

Zapatero: Tú tranquila, Mari Trini, que aquí no ha pasado nada. Si ganamos hace tiempo, venceremos otra vez.

Espe: Ay, qué triste Zapatete, pobrecito remendón, que con sólo unas primarias, estás ya en el paredón.

Tomás: Lo que falta es un recambio, un mensaje, una ilusión, un tipo con frontispicio, una cara con tirón, como aquí un servidor…

Coro: ¡Qué galán este gañán, que no tiene solución!

Espe: Yo seguiré siendo la reina, y ellos gente del montón.

Tomás: Tú serás mucha Esperanza, pero ya eres un baldón, y antes de que tú te enteres, la esperanza ahora soy yo.

Coro: ¿La esperanza, este señor?

Zapatero: Será si lo digo yo.

Espe: ¡Esperanza sólo hay una!

Coro: ¡Esperanza ahora son dos!

Trini: ¿Y qué es de una servidora? ¿Me quedaré de pendón?
Espe: Tú nena fúmate un puro antes de la prohibición.

Tomás: Silencio, que aquí hay un Gómez, que es todo un castigador, y pase lo que pase en ciernes, tengo pa tó solución.

Coro: ¡Y así en Madrí nos quedamos, a orilla del socavón!