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«Bobos» en el Paraíso

Catedrático en Fundamentos de Metodología Científica

La Razón
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La versión actualizada de la sociedad moderna es la Sociedad del conocimiento y la información. Y uno de los grupos sociales emergentes en ella ha sido, en expresión de Brooks, el que podríamos denominar los «bobos». ¿Es usted un «bobo»? Los burgueses, de forma simplificada, se puede decir que son aquellos que trabajan en las organizaciones, defienden la tecnología y afirman sólo el valor de la eficacia; y, por otra parte, los bohemios serían aquellos que han sido permeabilizados, influidos en su trabajo intelectual y artístico del inmanentismo moderno, que entiende como realidad la mental, aquella que habita en el «mundo interior» del sujeto, y por tanto reducen los valores a los sociales o psicológicos, sin trascendencia alguna, ni siquiera ontológica, es decir, no creen en la existencia de valores universales, como por ejemplo la justicia universal, o que sea el bien o el mal más allá del tiempo y el espacio concretos. No es de extrañar que bajo estos supuestos el «bobo» busque la felicidad en lo material solamente.La obra de Brooks, «Bobos in Paradise», describe la ideología, las maneras de vivir y los criterios morales de esta élite. Identifica los hábitos de su vida ordinaria, compras, negocios culturales, vida intelectual, formas de ocio y comportamiento social. Los años cincuenta del siglo pasado fueron en Norteamérica el final de la era industrial, y algunos de los libros que se publicaron entonces ya señalaban este horizonte venidero. La década de los sesenta, algunos años después, presenció cómo la clase intelectual nunca estuvo tan segura de sí misma como en esos momentos, los psicólogos, los sociólogos y los macroeconomistas pensaron que habían descubierto las «herramientas» para resolver todos los problemas personales y sociales. Finalmente John F. Kennedy llevó a los intelectuales, de uno y otro signo, a la Casa Blanca, elevándoles a la estratosfera social. Hacia la década de los setenta en el Silicon Valley, por sólo señalar un ejemplo, había más millonarios que gente de clase media.El «Bobo» es por consiguiente un término que significa en el contexto anglosajón un ciudadano híbrido en su conducta entre el estilo de vida burguesa propio de una forma individualista de comportamiento, nacido en el escenario de las sociedades tecnocientíficas de las sociedades avanzadas y desarrolladas por el capitalismo, mediante la «herramienta» del método experimental; y, por otra parte, el bohemio de la contracultura, que analiza de forma sólo crítica mediante la dialéctica cualquier contradicción o «lucha de contrarios» que se produzcan en el entorno, que además será un contexto de relativismo gnoseológico (ya que se considera que no es posible conocer valores universales), relativismo cultural (lo valioso depende del sentido del escenario étnico) y relativismo ético (el bien y el mal son valores relativos, cuya significación será dada por cada grupo comunitario). En dicho ambiente intelectual no hay posibilidad del conocer la verdad, ni por tanto valores permanente, universales, que estabilicen la vida personal y social. La situación en la que se encuentran sus miembros, que han constituido una sociedad de «arenas movedizas», es que son un «caldo» de cultivo desde el que surja la contaminación de las instituciones que están amenazadas por dicho efecto de relativismo, en unos países más que en otros, de disolución final. Los «Bobos» serían por tanto una mixtura social, una nueva clase, que paradójicamente tiene «sillares» elaborados con ambas «herramientas» (experimental y crítica), que aparentemente son contradictorias pero que comparten el antropocentrismo y la exclusividad de los valores materiales. No es una tecnocracia con un fuerte sentido del servicio público, como hubiese ocurrido en los siglos anteriores, sino como mucho son defensores de la meritocracia técnica que dicha cultura había previsto, y su comportamiento orientado por una óptica subjetiva los valores en la que no hay límites para la libertad. Esta clase formada más que educada, que habita la Sociedad del conocimiento y la información, los «bobos», que desean alcanzar el éxito sobre todo valor, deberían de confrontar sus contradicciones y las ansiedades que se origina en su «adicción de abundancia». Habría que preguntarse, aquí y ahora, acerca de cómo poder compaginar el éxito profesional con la vida familiar, con el amor, con la vida de amistad, y acerca de cómo conciliar los éxitos materiales con la dignidad humana que fluye desde el espíritu.Los «bobos», como epifenómeno moderno, esperan que el restablecimiento del «paraíso perdido», y que éste lo sea a través del progreso científico, técnico, y crítico del que surgirá «el reino del hombre». ¿Con sólo estos «mimbres de valores», los «bobos», pueden hacer el «cesto de una comunidad» humana? El desierto del amor de la sociedad moderna nos advierte de que estas «herramientas» modernas pueden ser necesarias parcialmente pero son insuficientes. El ser humano necesita, digámoslo con palabras sencillas, además de lo material, de valores sustantivos, esenciales, permanentes, sin realismos ingenuos ciertamente, y, además, redescubrir con la razón lógica universal la clave del arco del sentido de la dignidad humana, Dios. De lo contrario el ser humano queda arrojado a un desierto de desamor sin esperanza. El hombre nunca puede ser redimido solamente desde el exterior. Como recuerda inteligentemente la Spe Salvi, el ser humano es redimido principalmente por el amor.