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Fractura en el Barça

Si hay algo en lo que el barcelonismo está de acuerdo es en que la Asamblea de Compromisarios no concluyó el pasado sábado cuando se cumplieron todos los puntos del orden del día, poco después de las siete de la tarde

El ex presidente del FC Barcelona, Joan Laporta
El ex presidente del FC Barcelona, Joan Laportalarazon

Más bien al contrario, lo sucedido en el Palau de Congressos de Catalunya sólo es el punto de partida a un largo viaje que ha emprendido el Barcelona y que se adentra en lo desconocido. Llevar a un ex presidente, y a toda su junta, a los tribunales es algo inédito y ni siquiera el club tiene muy claro cuáles pueden ser las consecuencias.

El ajustado margen por el que se aprobó tirar adelante la acción de responsabilidad contra Laporta –468 votos a favor por 439 en contra– es un buen reflejo de lo que se puede empezar a vivir entre la masa social y el entorno del Barcelona a raíz de la histórica decisión. Y, muy a pesar de las intenciones de Rosell, se vislumbra una nueva fractura. «No me gustan los "ismos"y el que menos es el "rosellismo"», espetaba el sábado el presidente. Pero lo acontecido en la Asamblea asegura, al menos, que el «laportismo» se haya puesto en pie de guerra.

Pocas horas ha tardado Laporta en responder a la amenaza de sentarse ante un juez. El ex presidente del Barça ha decidido convocar a los medios a una rueda de prensa que tendrá lugar hoy mismo para exponer su punto de vista sobre lo ocurrido el sábado. La comparecencia promete ser explosiva y se espera que Laporta cargue con todas sus fuerzas contra su ex amigo «Sandrusco». A pesar de todo, no existen indicios de que tenga más argumentos de los que ha expuesto hasta ahora.

Laporta sigue convencido de que hubo ilegalidades durante la Asamblea y una de las primeras decisiones que podría tomar sería la de impugnarla. Los compromisarios aprobaron unas pérdidas de casi 80 millones de euros del último ejercicio, pero Laporta defiende que no son sus números y por eso declinó la invitación para defenderlos ante la Asamblea. «Sus» cuentas arrojan 11 millones de beneficios.

Ahora el Barcelona debe interponer una demanda en un juzgado ordinario, aunque podría tener que esperar a que el Supremo responda al recurso que presentó Laporta sobre la famosa sentencia de los avales, que puede ser clave en toda esta historia. Laporta fue condenado a avalar por los primeros diez días de mandato, una discusión que le costó tener que convocar unas elecciones obligado por un juez. La sentencia firme atribuye a su junta 63,8 millones de pérdidas de los 150 que arrojó el ejercicio 2002-03, una cifra clave para que el resultado global de su mandato resulte en pérdidas por una cantidad de 48,7 millones de euros. Este recurso podría ser uno de los argumentos que utilice hoy Laporta para defender su inocencia.

La firma de un seguro de responsabilidad civil desvelada en la Asamblea, con un coste de 84.000 euros pagados por el club, podría no ser suficiente para Laporta y sus directivos. El propio Rosell ponía en duda el sábado que una compañía de seguros acceda a responder por una mala gestión de este tipo. Así que en el caso de ser condenados, los 18 directivos salientes deberían responder con su propio patrimonio por los 48,7 millones, más de 2,7 por persona. Aunque esta circunstancia, de producirse, queda muy lejos, porque el Barça está apunto de entrar en una espiral de demandas y recursos interminable.