Un mar de incógnitas

Las generales siempre han servido para hacer balance. El 20N será diferente. Se votará futuro. Se votará por el más capacitado para dirigir el país en medio de la incertidumbre. El PP se las promete muy felices pero estaría bien que Rajoy releyera la fábula de la liebre y la tortuga. El líder popular no agrada ni a los más fieles. Quizás a éstos menos que a nadie. Ahora deberá presentar propuestas y olvidarse del disco solicitado que acusa de todos los males a los socialistas. No es su punto más fuerte, aunque le apoye el presidente del BBVA, Francisco González. Rubalcaba lo sabe y ha desplegado su personalidad y sus ideas. Ha empezado con fuerza. No es un adversario menor, aunque la moral socialista está alicaída.

Izquierda Unida tiene el patio revuelto. Además de Extremadura, una losa para el liderazgo de Cayo Lara, se abre un nuevo frente. Iniciativa per Catalunya, su socio de siempre, vive un apasionado romance con Juantxo Uralde, el líder ecologista que aspira a presentarse al margen de IU. Duran Lleida quiere dar el sorpasso y ganar, por primera vez, unas generales en Cataluña. No lo tiene fácil.

Que la jefa de filas socialista sea Carme Chacón no ayuda. Además, con Chacón Cataluña puede convertirse en la única comunidad en la que ganen los socialistas. Dato interesante para el congreso del PSOE. Bildu prepara su entrada triunfal a costa de un desorientado PNV. En Madrid, Rosa Díez sigue crecida aunque fuera de la comunidad no rasca bola. Los partidos regionalistas tantean una candidatura conjunta en toda España de la mano de Cascos. El 20N votaremos futuro, pero el presente, de momento, un mar de incógnitas.