Actualidad
La fama por María José Navarro
Ya saben los forasteros que vienen a Madrid que una de las cosas más complicadas de la ciudad es sobrevivir al tráfico. El conductor medio que transita por las calles de Madrid es un borrico profesional que, entre tener un poco de paciencia y pitar a las ancianas, opta siempre por la opción cabestro. Y dirán Vds. que es injusto generalizar y yo creo, sin embargo, que se generaliza poco. Hay que generalizar más, amigos. Por eso voy a decir también que sobrevivir al taxi en Madrid es complicadísimo. Soy injusta generalizando, pero ya he dicho que estoy por generalizar más allá de lo aconsejable y lógico, así que diré que bajarte de un taxi en Madrid sin secuelas es un milagro. Es un milagro hacerlo sin marearte, sin llegar con el alma en vilo gracias a esa prisa inexplicable que tienen algunos taxistas que van frenando, acelerando y bufando. Enfadados vaya Vd. a saber por qué, a pesar de que una acabe de entrar y haya dicho buenos días y por favor. Es injusta la generalización pero lo peor es que cala. Rápidamente. Los propios taxistas también saben (porque te lo dicen ellos) que los peores enemigos de ellos mismos son ellos también. Por eso me alegra mucho que la asociación gremial haya denunciado que hay un grupo de conductores que paga comisiones a recepcionistas de los hoteles a cambio de que los llamen cuando tengan clientes que deseen ir a Barajas. Hace unos días me contó uno de ellos (educadísimo y estupendo) que habían pillado a un compañero cobrando seiscientos euros a unos japoneses. De los taxistas y sólo de los taxistas depende que no se generalice. De ellos mismos depende su fama y lo que conlleve. Sé que hay muchos preocupados. Generalizando: son mayoría.
✕
Accede a tu cuenta para comentar