Jerez de la Frontera
Torea tu hijo Pedro
Pedro, escribo esto a las cinco de la tarde del sábado y no sé cómo estará José Ignacio hoy en Madrid. Hablabas de él con la pasión del padre, pero también con el talante y sensibilidad de los aficionados buenos. Estoy en Jerez de la Frontera, donde hasta el viernes se ha vuelto a comprobar que unos pocos torean mientras los demás como mucho lo intentan (algunos, ni siquiera eso). Cuando llegue a casa miraré en internet el vídeo de la de Bañuelos por si tu hijo ha toreado con esa hondura y clase, con esa prestancia, con ese sello que sólo tienen los toreros caros. Miraré el vídeo por si ha matado un toro despacio. Tan despacio. Hoy torea en la plaza donde te rindió homenaje con su sangre el día después de tu adiós.Hoy torea José Ignacio, al que echo de menos en muchas ferias atestadas de afanosos matadores con menos mensaje que una paloma de plástico. Yo no digo que merezca ser figura porque será que no ha valido para serlo, pero diez naturales de tu niño –o una estocada– valen mil veces más que la retahíla de trapazos con la que nos martirizan algunos inventos mediáticos un día sí y otro también.Esto, Pedro, saldrá publicado el domingo y a lo peor tu hijo no ha tenido suerte, pero una buena o mala tarde no va a cambiar lo que todos sabemos desde hace mucho tiempo. Que José Ignacio Uceda Leal torea como los elegidos. Aunque los elegidos sean otros.
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