Santa Cándida María de Jesús por José Ignacio Munilla

Entre tantas fundadoras de órdenes religiosas dedicadas a la enseñanza en el siglo XIX, la Madre Cándida llama especialmente la atención por un detalle: Nacida en Andoain (Guipuzcoa), hasta los 18 años de edad no habló el castellano; e incluso, ¡todavía era analfabeta, cuando a los 24 años de edad, recibió la llamada de Dios para fundar una congregación religiosa dedicada a la educación! ¿Cómo es posible que una joven que no sabía leer ni escribir, pudiera ser elegida para semejante tarea? ¿Nos podemos imaginar la cara que pudo poner su confesor, el jesuita Miguel San José Herranz, al escuchar de labios de la joven semejante "inspiración"? ¿Qué pensaríamos nosotros de alguien que, sin tan siquiera tener el carnet de conducir, nos manifestase que pretende correr en la "Fórmula 1"?... Sin embargo, su director espiritual, conocedor de la "piedra preciosa"que Dios había puesto en sus manos, no la tomó por una iluminada, sino que apostó por ella.

Madre Cándida nos enseña que la santidad "camina"con dos piernas: la humildad y la confianza. "Santo"es aquél que no desea otra cosa que lo que Dios quiera, y en esa perfecta confianza y humildad, se sabe frágil y al mismo tiempo, invencible. La Madre Cándida gustaba de repetir con frecuencia: "Sola nada; pero con la gracia de Dios, lo puedo todo".

José Ignacio Munilla