Parados de larga duración
Negociar hasta el final por José Antonio Vera
España ha demostrado en los momentos decisivos que partidos y agentes sociales saben estar a la altura de las necesidades. Los acuerdos de la Transición, suscritos por la práctica totalidad de las fuerzas del parlamento, desde la AP de Fraga al PCE de Carrillo, hubieran sido impensables en otro momento. Pero unos y otros tomaron conciencia de la situación delicada por la que atravesaba España y cedieron en sus diferentes planteamientos. Así se forjaron los Pactos de la Moncloa y la Constitución. Es evidente que no se trataba de instrumentos perfectos. Lo importante de ellos es que unían a todos porque todos los respaldaron y convirtieron a la postre en compromisos propios. Gracias a esa voluntad de consenso, España pudo hacer su transición. Las circunstancias del país ahora son distintas, pero no mejores. Es ilusorio pensar que en un escenario como el actual alguien por sí sólo sea capaz de resolver los problemas. Por eso me parece adecuado el esfuerzo de los diferentes agentes sociales por llegar a un acuerdo en materia laboral. También el empeño del Ejecutivo en lograr que ese pacto se produzca. Lo contrario sólo contribuiría a abrir una brecha social innecesaria. Ayer, el máximo responsable de Comisiones Obreras avanzaba que es posible un acuerdo con la patronal en salarios. Buena noticia. La CEOE ha renunciado a algunos de sus planteamientos máximos y los sindicatos también, de manera que al final podría lograrse un pacto igual que antes se hizo con el calendario de fiestas o el absentismo laboral. Temas no nucleares si se quiere, pero siempre relevantes en la medida en que sirven para unir más que para dividir. No es fácil el acuerdo total pero es de subrayar la voluntad de las partes y el empeño del Gobierno en no dar por rota la negociación.
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