«Electra» la escandalosa vuelve al Español

Lo cuenta con su prosa inflamada Francisco Nieva, autor de esta nueva versión: «¡El estreno de "Electra"! Episodio nacional, con fecha inconmovible,Teatro Español de Madrid. La Plaza de Santa Ana, aquella noche de 1901, se puebla de sombreros de copa, de hongos y de gorras. Un eufórico escándalo. Periódicos que arden, como improvisadas antorchas. Un barullo fenomenal. Por la calle del Príncipe, un reguero de sombras animadas lleva en triunfo a don Benito Pérez Galdós, tan satisfecho como inquieto y turbado por la repercusión pública de su obra. Ha suscitado casi una revolución, que produce una crisis política y hace cambiar por entero el gabinete ministerial de Sagasta. Al cual se designó "gabinete Electra"».

Una sola representaciónHa pasado más de un siglo desde aquella única función de 1901. España ya no es la misma, y la historia de la libertina criada en un hospicio francés que regresa con su familia a España difícilmente levantará las ampollas de entonces. Galdós construyó un duro alegato anticlerical con la historia de la joven, pretendida por unos, los que se sienten atraídos por su libre forma de moverse en una sociedad estricta, y protegida por otros. Y un siglo después, el Teatro Pérez Galdós de Las Palmas –era de justicia que fuera allí– reestrenó esta obra a comienzos de mayo, antes de llegar esta semana al Español, con dirección de Ferrán Madico, versión de Nieva y protagonizada por Sara Casasnovas. «No sé hasta qué punto puede provocar o exaltar –explica a LA RAZÓN la actriz sobre el impacto hoy en día del montaje–. Pero apuesto a que tocará en algún sitio. Hasta ahora hemos tenido muy buenas críticas en Las Palmas, donde estrenamos. Cien años después de la única representación que se realizó de la obra y el recibimiento tan polémico volvemos a Madrid, al mismo teatro... Desde luego, es un lujo, y esperamos que el público la disfrute, el resto ya se verá».

En el cartel de «Electra» destacan otros nombres, como la multipremiada Sol Picó, que ha trabajado en el movimiento actoral, Alfonso Baraja, que firma la escenografía, Gómez Cornejo en la iluminación y María González en los figurines. Y en el reparto, junto a Casasnovas, rostros habituales de las tablas como los de Maru Valdivielso, Sergio Otegui, Antonio Valero, Pep Molina y Chema Muñoz, entre otros. Cuenta Casasnovas sobre el personaje que interpreta que, «más allá de los conflictos visualmente palpables, existe una niña que se escuda en la fantasía por encontrarse asumiendo una madurez cargada de prejuicios, castrante». Y añade: «Ella es una niña-mujer que conquista su independencia, buscando equilibrio entre lo que debe y quiere hacer en el sendero que traza entre la niña fantasiosa y su adulta. Cada uno tiene sus emociones ante eso. Para mí, Electra posee el talante de gobernadora de un imperio».

No es una Lolita

Para Casasnovas, el personaje fue «un lujo», ya que «el texto de Galdós me ha permitido escarbar y poder seguir escarbando. Electra quiere ser ella misma, y todos quieren poseerla a su manera. Podría parecer una Lolita, pero es sólo una vía de escape, su inteligencia le reclama libertades aún no entendidas ni por supuesto aceptadas por quienes la gobiernan». Explica que el teatro de Peérez Galdós «puede resultar algo pasado en una lectura superflua, aunque en esencia resulta un texto terriblemente actual», y desgrana de la estética del montaje de Ferrán Madico (en Madrid se vio su redondo Pinter en el Español, «Regreso al hogar») que «el clásico pervive porque siempre alza un puente con el lenguaje y la concepción contemporánea. La apuesta contiene una simbología a nivel técnico y en los personajes que procura captar un sentido épico, y es capaz de mostrar al mismo tiempo limpieza y sencillez, que no simplicidad. Se respeta la época, 1900, su lenguaje e indumentaria, pero se introducen elementos que son nuevos. Sol Picó, que para todos fue un lujo tenerla, nos apoyó en la parte corporal y los bailes de transición».

EL EPISODIO DE LA BALLESTASara Casasnovas ha actuado en series como «Amar en tiempos revueltos», aunque llenó páginas el pasado verano, cuando un admirador perturbado la agredió con una ballesta a la salida del teatro donde representaba «La noche de la iguana». Ella prefiere no hablar de aquello. «El asedio de la prensa te puedes figurar que resulta bastante invasivo y lo esquivo de la forma más elegante que me permite la paciencia, pero eso es un daño colateral de una circunstancia. Nunca me he plantedo dejar mi carrera. Para mi profesión soy una luchadora, no una víctima», asegura la actriz, que no responde sobre cómo lo vivió. Aunque reconoce que tuvo que ver con que hasta ahora no haya vuelto al teatro: «Sí, todo influye. Pero el parón tiene que ver más con el negocio que conmigo».