Estados Unidos

El PP pide eliminar las ayudas al cine

Ante el fiasco de taquilla en 2010 que adelantó el domingo LA RAZÓN, con una pérdida del 34 por ciento con respecto al año anterior, el principal partido de la oposición propone la sustitución progresiva de las subvenciones por desgravaciones fiscales.

 
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El balance de 2010 del cine español que adelantó el domingo LA RAZÓN sigue dando que hablar. Con más o menos paños calientes, los hombres fuertes del sector reconocían que la cuota de mercado del ejercicio anterior, que rondará el 11 por ciento, lo que supone una pérdida de espectadores del 34 por ciento con respecto a 2009, sólo podía calificarse de mala noticia. Ninguna de nuestras películas se coló entre las diez más vistas del año y tres de cada cuatro recaudaron menos de medio millón de euros, según los datos de Rentrak. José María Lassalle, el portavoz del Partido Popular de Cultura en el Congreso, fue más allá de lo que nunca se había atrevido su partido: a la eliminación progresiva de las subvenciones al cine.

Ley de Mecenazgo

«Parece manifiesto que el régimen actual de ayudas al cine español requiere una reformulación sistemática –declaró el popular a este diario–, pues se ha revelado como un modelo ineficaz que está logrando un alejamiento mayor de los espectadores de las películas».

Su grupo instará al Parlamento en breve a remodelar la Ley de Mecenazgo de forma que sea más eficiente de lo que ha ocurrido hasta ahora. Propondrán, entre otras modificaciones, la alteración del apartado 1 del artículo 38 para que se contemplen «deducción por inversiones en bienes de interés cultural, producciones cinematográficas, edición de libros, sistemas de navegación y localización de vehículos...». O lo que es lo mismo, en vez de imitar a Francia, adalid de la excepción cultural y espejo en el que se ha mirado el Gobierno para proteger con subvenciones los sectores culturales, poner el objetivo en el modelo británico: «La cultura en español está viva y necesita de estímulos y no de directrices políticas», asevera Lassalle.

«No podemos estar financiando películas que no llegan a verse. Es a todas luces ineficiente», señala. Hay que recordar que este año las subvenciones (más de 89 millones) han vuelto a ser mayores que la recaudación en taquilla (69,7). Los populares aluden al contexto de crisis económica y recuerdan que el sistema, que lleva décadas vigente, es costoso y, en su opinión, «inoperante»: «No se podrá decir que las películas españolas no han tenido ayudas». Así que la propuesta consiste en que sean las empresas privadas quienes asuman el riesgo de invertir en séptimo arte a cambio de desgravaciones importantes en el impuesto de sociedades, como ocurre en otros países, fundamentalmente Estados Unidos, donde las grandes instituciones culturales del país no reciben ayudas directas, sino que se mantienen gracias a la financiación privada.

«Las cosechas»

Para Lassalle esto no supone una demonización de la industria: «Existe un buen cine español reconocido internacionalmente con buenos actores y actrices, pero hay otro muy malo también porque lo demuestran las cifras».

Apela al propio sector a que reconozca que es un sistema fallido: «Igual que se le pide a las empresas españolas que sean más competitivas, debemos solicitar también que ocurra lo mismo en los productos culturales: han de tener más calidad con menor coste, para que sean más eficientes».

Todo lo contrario opinan los productores nacionales, que tienen puestas en la ya famosa Orden Ministerial de la Ley de Cine sus esperanzas. El presidente de todos ellos, Pedro Pérez, pide paciencia, pues no cree que hasta finales de 2011 puedan notarse los efectos, pero también que no se dependa sólo de la política gubernamental: «La normativa no cambia los mercados, sino toda una serie de condiciones que permitirán hacer mejor cine». El también productor y ahora director general de la Academia, Eduardo Campoy, hace una defensa cerrada del régimen de ayudas: «El sistema que hay me parece bueno y está concebido hace muchos años con subvenciones según la taquilla y de la conexión con el público», declara.

Enrique Cerezo, responsable de Egeda, la entidad de derechos de los productores, se escuda en la «piratería» y en el descenso de espectadores internacionales para explicar el fiasco.

Mientras que Andrés Vicente Gómez prefiere achacarlo todo a «las cosechas»: «Después de una mala viene una buena». El optimismo con respecto a este año es generalizado, todos hablan de los grandes directores que estrenarán en 2011. Más allá de Almodóvar y Fernando Trueba, cuyo próximo estreno, «Chico y Rita», no parece diseñado para grandes audiencias, la auténtica gran esperanza es «Torrente 4», que, para más inri, se verá en tres dimensiones: «Hay que aprovechar que éste va a ser un buen año de cine español para superar nuestra asignatura pendiente: la conexión con nuestro público más natural, el de casa», aventura Pedro Pérez

Las causas de las malas cifras son profundas y complejas, pero el presidente de Fapae insiste en la «falta de conexión con el público». Aunque «esperanza» es la palabra que más repite, no olvida que esta mala noticia llega en la semana de entrega de los premios del cine español. Pérez lanzó una advertencia: «Después de todos los preámbulos, espero que estemos a la altura en la ceremonia de los Goya». Por «preámbulos» podemos entender los tiras y aflojas entre la Academia y el Ministerio de Cultura a causa de la dimisión anunciada de Álex de la Iglesia como presidente de la institución y todo el aluvión de críticas que generó esta decisión entre la familia del cine español.


El detalle: las cifras oficiales se retrasan y Cuadros se esconde
No hay reacción del Ministerio de Cultura a estas cifras, ¿por qué? Este diario lo intentó ayer y, como suele ser habitual en el departamento, todo fueron negativas. Primero porque el encargado de ofrecerlas, Carlos Cuadros, director del ICAA, estaba fuera de España, y luego porque los datos que adelantó este diario «no eran oficiales». Parece que las cifras servidas por Rentrak, que sirven para felicitarse de los buenos estrenos españoles, no lo son para entonar el «mea culpa» en caso de debacle. ¿Pero por qué no hay cifras oficiales? Porque la maquinaria del ICAA es lenta, de hecho se calcula que hasta dentro de dos o tres semanas no las habrá. Así vienen siendo los últimos años, a pesar de que el organismo ha rechazado servicios privados más eficientes. Hay cierto malestar en la industria por este tema: «Podrían ofrecer estimaciones, como el resto de organismos, y luego corregirlas», apuntaban ayer personas cercanas a De la Iglesia. El caso es aún más flagrante porque un organismo que presume de transparencia sólo ofrece en su web datos provisionales hasta junio en estos tiempos de taquillas informatizadas.


Los productores esperan a «Torrente»

PEDRO PÉREZ

«Las cifras son precupantes, están muy por debajo de donde tienen que estar: el doble de lo que hemos hecho en los últimos años, pero creo el cine español debe y puede estar más arriba». El presidente de los productores
insiste en la mala imagen de nuestra industria y en el exceso de producción: «Me mantengo en que más de cien estrenos al año no se pueden sostener».

EDUARDO CAMPOY

«La recaudación ha bajado en todo el mundo y el sector se ha sostenido gracias al mercado en 3D, en el que España no ha entrado», asegura. En todo caso, para este veterano del sector, que no apuesta por cambiar el sistema de subvenciones, «hay años cresta y años valle. Se pierden espectadores en las salas, pero hay otras fórmulas. Internet no es el futuro, sino el presente», asegura.

ENRIQUE CEREZO

«Está claro que la asistencia a las salas de cine ha bajado, pero no sólo en el caso español», sostiene Cerezo, que a pesar de todo no duda de que «el cine español sigue interesando a la gente». «Hay que apoyarlo, y sé que el año que viene las cifras serán mejores porque habrá estrenos de grandes directores», pronosticó el productor «El oro de Moscú». «Nadie quiere hacer películas malas. Hay que estudiar qué debemos cambiar».

ANDRÉS VICENTE GÓMEZ

Para el productor de «El día de la bestia», «la cifra es muy baja, pero es cierto que ha habido una cosecha muy deficiente». «Cada vez funcionan peor las películas modestas y se nota más la diferencia de los presupuestos de 200 millones de dólares y los de cinco», explica sin perder el optimismo: «El año que viene vendrán los estrenos de Almodóvar, Trueba y, probablemente, De la Iglesia». Por no hablar de «Torrente 4»