Málaga
«Amparo estaba limpia» cuando murió
Martina, una amiga de la actriz, aseguró a LA RAZÓN que la Miss Universo española llevaba más de seis años «totalmente recuperada» de su adicción a las drogas. Fue un tumor cerebral el que se cobró su vida a los 56 años de edad
Días después de la muerte de la actriz, su familia se enfrenta al dolor de la pérdida y a las especulaciones que sigue suscitando el fallecimiento de Amparo Muñoz. Y es que dicen que con la muerte llega el descanso, pero hay despedidas tan tempranas que sólo al retomarlas se logra devolver a su figura el consuelo de la dignidad. En el caso de la Miss Universo española, muchos medios han querido poner luz sobre las sombras de su biografía: su relación con las drogas, los problemas con la Justicia, el fracaso de su vida amorosa... Sin embargo, cuando uno recorre las calles de Málaga y habla con sus gentes, resulta imposible encontrar un testimonio que la recuerde por estos motivos.
Rumores que matan
Allí es y será siempre «la más guapa del mundo», la embelesadora secretaria que ya apuntaba maneras cuando trabajaba en las oficinas de la calle Mármoles. «Llamaba tanto la atención que te dejaba sin palabras», comenta el propietario de un establecimiento de la zona.Tanto hombres como mujeres hablan de su belleza excepcional y de esa simpatía que irradiaba y que se volvía contagiosa. Aunque nadie es capaz de definir aquel encanto suyo al que las cámaras parecían no hacer nunca justicia. «No era lo mismo verla en fotos que en persona», apuntan desde un bar de la calle Defensa al que la actriz solía acudir con su familia. «No era sólo guapa, tenía algo más», añaden. Y ese toque indescriptible es el que ha hecho de Amparo Muñoz una mujer única, no sólo por haberse convertido en la primera y última española que alcanzó la corona de Miss Universo, sino también por haber tenido agallas para dejar su reinado a medias cuando consideró que estaba siendo manipulada por la organización.
El pasado, pasado está
Su singularidad está siempre en boca de los vecinos y amigos, pero en estos momentos de duelo sus familiares se refugian en el silencio. «Dejad pasar unos días, todos se encuentran muy afectados» comenta una amiga de los Muñoz desde la pequeña terraza de la casa donde falleció Amparo y donde residía desde hace años. Al parecer, los más allegados a la actriz están muy molestos con los comentarios que hacen algunos periodistas. «A su madre siempre se lo digo: ‘‘No veas la tele ni leas esas cosas'', porque la hacen sufrir mucho», explica una de las vecinas del barrio. Y es que las especulaciones sobre las causas de su fallecimiento están minando todavía más el ánimo de los familiares. Sin embargo, sólo los más cercanos conocen cuál era esa «larga enfermedad» que truncó la vida de Amparo Muñoz. Por más que algunos se empeñan en especular, falleció a causa de un tumor cerebral que entró en metástasis. «La habían operado hace años en Valencia», comenta una de sus vecinas, que explica que para la familia está siendo muy duro escuchar «los rumores y mentiras» que se han vertido sobre su muerte. Quienes conocen a los Muñoz saben que han tenido que pasar por ese duro trago en más de una ocasión, porque una sobrina de la actriz también fue intervenida por la misma enfermedad. «Se han dicho muchas mentiras y lo han pasado muy mal», comentan desde el restaurante Casamata; donde Amparo celebró su enlace con Víctor Santiago Rubio Guijarro, su tercer esposo.
A pesar de que tenía muchos «bajones» físicos, Amparo Muñoz se había recuperado tras una etapa en la que tenía una movilidad reducida. «Estaba mejor, aunque en diciembre volvió a empeorar y ya apenas podía caminar por sí sola», explica un restaurador de la zona.
Fue el deterioro de su aspecto el que siguió alimentando muchos rumores, aunque no fuesen ciertos. «Amparo estaba limpia», explica a LA RAZÓN Martina, una amiga de la actriz que vive en el barrio de Las Palmillas, que erróneamente se ha vinculado con la residencia de la Miss Universo de1974. Al parecer, acosada por varios medios –que llegaron a seguir a su sobrina desde el colegio–, la actriz se refugió unos días en esta zona. «Ella no consumía, estaba rehabilitada», explica su amiga, con la que convivió hace seis años. Algo que corroboran muchos de sus vecinos y amigos, que recalcan asimismo su carácter «encantador» y rechazan anclarse en el ayer. «Su pasado, pasado está, reconoció sus errores y siguió para adelante», sentencian.
Una compañía incondicional
Anónimo para los medios y discreto a la hora de compartir su ternura y cariño. Dentro del círculo de íntimos en la vida de Amparo Muñoz se encontraba un amigo de la infancia que trabaja en una tienda textil cercana a la casa familiar de la actriz. En estos útimos meses –en los que la movilidad de la miss estaba muy limitada, era habitual verla por el barrio acompañada de sus hermanos y de un hombre delgado y con barba canosa que se convirtió en el fiel compañero hasta los últimos días de la actriz.
Con todo, los más cercanos la recuerdan por su duende y ese punto flamenco con el que levantaba pasiones. A pesar de que ella misma se reconoció frágil en algunos momentos de su vida, quienes han crecido a su lado aseguran que «era fuerte y no se dejaba manipular por nadie». «Apenas podía caminar pero ella sonreía; es admirable», explica otra de sus vecinas. Todos coinciden al hablar de su simpatía y de su arraigo con la tierra porque, viviese donde viviese, siempre estuvo vinculada a su familia, a su barrio de Málaga y a sus gentes. «Hasta cuando estaba haciendo cine en Madrid, su amiga María Isabel viajaba muchas veces con ella», explica un amigo. Vista así, desde sus ojos nostálgicos, parece evidente que nadie puede conquistar el universo sin haberse ganado antes su pequeño firmamento.
El detalle
LA PRIMOGÉNITA DE LA FAMILIA
Amparo Muñoz vivió sus últimos años en una vivienda familiar de dos plantas, sita en la malagueña calle Alcalde Ronquillo. Allí se trasladaron hace un tiempo, después de haber convivido en otra casa de planta baja muy próxima a la actual. Por la zona es muy frecuente ver a sus cuatro hermanos, que intentan estar cerca de su madre en uno de los golpes más duros que la familia afronta. La actriz era la primogénita del matrimonio y la que había heredado el carácter de su padre, un maestro de oficios muy querido en el barrio que falleció hace años. «Amparo era igual que él, le pedías algo y siempre te lo daba», comentan en un bar cercano a la casa. Y añaden: «Era tan buena que algunos abusaban de ella».
UN REFUGIO EN «LAS PALMAS»
Algunos medios decían que Amparo Muñoz vivía en la zona de Las Palmillas. Sin embargo, pocos la recuerdan allí porque no residía en la zona. Su amiga Martina la acogió durante unos días –hace seis años– en el número 1 de la Calle Eume, un deteriorado edificio en el que las zonas comunes están cubiertas de despojos. Al parecer, acosada por la prensa, la Miss Universo se refugió en este barrio en alguna ocasión y visitaba a sus antiguos amigos, aunque ella ya nada tuviese que ver con la marginalidad de la zona. «No iba de diva, se paraba a a hablar con cualquiera», explican sus vecinos.
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