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Comunidad de Madrid

Rumbo a la capital de Xybania

El 80% de los chinos que llegan a España procede de la provincia de Zhejiang, cuna también del líder de la mafia Gao Ping

El instructor considera a Gao Ping, en la imagen al ser detenido detenido, el "líder absoluto" de la supuesta organización criminal
El instructor considera a Gao Ping, en la imagen al ser detenido detenido, el "líder absoluto" de la supuesta organización criminallarazon

MADRID-Cada día, todos los días de la semana, Jun se levanta a las siete para poder abrir su pequeña tienda de pan y comida en el madrileño barrio de Tetuán. Es un negocio familiar en el sentido más estricto de la expresión. Allí, durante casi toda la jornada convive con su mujer y con sus dos hijas. Esta semana, como el resto de sus compatriotas que viven y trabajan en la Comunidad de Madrid, se ha visto sobrecogido por la noticia de la desarticulación de una red china de blanqueo de capitales.

De improviso, se han convertido en el colectivo más buscado por los medios. Han abierto telediarios, periódicos y boletines y, a pesar de su rudimentario conocimiento del español, saben a la perfección de qué se habla cuando escuchan las dos palabras que más rehúyen: «operación Emperador». En los últimos días, Jun ha tenido que volver a oír algunos de los mismos tópicos que lleva escuchando desde hace años en torno a la comunidad china residente en España.

Integración
Uno de esos lugares comunes habla sobre su incapacidad para convertirse en madrileños de adopción: «Es cierto que nos cuesta integrarnos, pero los madrileños tampoco se preocupan por saber quiénes somos, por qué somos así o de dónde venimos». La pregunta es obligada: ¿de dónde vienen los chinos que viven en España? La respuesta a esta cuestión para la mayoría de estos ciudadanos asiáticos –también para Jun– es siempre la misma: Zhejiang.
Se trata de una provincia situada al sur de Shangái y aproximadamente ocho de cada diez inmigrantes procedentes del gigante asiático son oriundos de esta región. Precisamente en la capital de esta provincia china, en la ciudad de Hang Zhou, nació Gao Ping, uno de los máximos responsables de la red mafiosa desarticulada el pasado martes.

Pero sin duda, el caso más significativo dentro de esta provincia es el del distrito de Qintiang. Un pequeño enclave rural, en el que la mitad de sus 300.000 habitantes viven en suelo europeo. Repartidos fundamentalmente entre Bélgica, España e Italia, se calcula que en torno a 50.000 vecinos de Qintiang viven en la Comunidad de Madrid.

Este éxodo rumbo a Europa tuvo su «boom» hace ya más de dos décadas. Los primeros en arriesgarse a emigrar hasta territorio de la Unión Europea no dudaron en emprender viajes, a través de Rusia, en los que llegaban a emplear hasta cuatro meses.

Hoy, todo es más fácil. El 95 por ciento de los chinos que cumplen el sueño de llegar hasta la capital de lo que ellos conocen desde niños como «Xybania», tienen aquí a parte de su familia. Más de la mitad, traen en la maleta, junto al visado, una oferta de trabajo, y casi un tercio lo hace con la documentación que les autoriza a quedarse por reagrupación familiar. Apenas un 10 por ciento de los que vienen viaja hasta España con el visado de visita familiar o comercial y de ellos, la mayoría termina quedándose como indocumentado.

Junto a Qintiang, el otro gran punto de partida de la inmigración china hacia España se encuentra también en Zhejiang, en la ciudad de Wenzhow. Se trata de un importante puerto comercial de la zona, con un millón y medio de habitantes, de los que cerca de un 20 por ciento son cristianos. Desde este núcleo urbano, han llegado a Madrid cerca de 30.000 inmigrantes. Mientras que los originarios de Qintiang son mayoría en los pequeños comercios de barrio como las tiendas de conveniencia, sus compatriotas de Wenzhow se dedican fundamentalmente al negocio de la importación y la exportación al por mayor de todo tipo de mercancías.

La convivencia entre estos dos «colectivos» no es fácil, por más que los españoles sean incapaces de distinguir a uno de otro. La confrontación campo-ciudad marca el día a día de la relación entre ambos grupos y está en el origen de buena parte de los conflictos que se producen entre la propia comunidad china de Madrid. Según ellos mismos reconocen, los ciudadanos de Wenzhou son vistos por sus compatriotas como unos «chulos», mientras que para éstos los vecinos de Qintiang no son más que unos «pueblerinos». Un conflicto fraguado lejos de aquí, ni más ni menos que a 12.000 kilómetros de Xybania.