insomnio

Las altas temperaturas «atontan» el cerebro

La Razón
La RazónLa Razón

Madrid- Tenemos un «termostato» en nuestro cerebro. Porque el hipotálamo, entre otras muchas funciones, tiene la responsabilidad de controlar nuestra temperatura corporal. Así, es el encargado de erizar el vello de nuestros brazos cuando sentimos frío, o de variar el curso de nuestra circulación sanguínea para que la temperatura de nuestro cuerpo mantenga un equilibrio. Registra ese cambio de temperatura y organiza una respuesta para compensarlo. Ahora bien, si tiene que emplearse a fondo, como puede ocurrir en un día tan caluroso como el que se avecina hoy, el termostato corre el riesgo de «averiarse». Así lo avisa la Sociedad Española de Neurología (SEN). Y el resto de sus funciones pueden quedar dañadas.

«En días tan calurosos como hoy, la velocidad de propagación de la corriente nerviosa es más lenta. Y por tanto, nuestra respuesta cerebral está más ralentizada. Lo vemos a nivel físico, a nivel motor...», explica el doctor Carlos Tejero, de la Sociedad Española de Neurología (SEN). Así, una exposición mantenida al sol, «y sin compensación de temperatura», provoca que el hipotálamo tenga que «trabajar en exceso». La consecuencia es que podría dañarse. Y, por tanto, otra de sus funciones principales, que es la de controlar los desórdenes del sueño, no funciona bien.
¿Conclusión? Que un exceso de calor puede derivar, aparte de en un excesivo cansancio, en problemas de sueño. Una de las más peligrosas consecuencias «es la somnolencia que se siente al volante por no haber dormido», avisa el neurólogo. Con todo, es más preocupante el caso de aquellas personas que sufren esclerosis múltiple o enfermedad neuromuscular, «pues a los problemas de movilidad que les genera su enfermedad, se añade el calor, que puede agravar sus síntomas y signos neurológicos deficitarios».