Atlético de Madrid
Pasado mañana por Javier G Ferrari
Esta vez sin Agüero, pero con Falcao, y sin Forlán, pero con un Adrián que está que se sale, el miércoles el Atleti tiene que traerse para el Calderón su segunda copa europea porque la afición se merece esa alegría. Si después, en la última jornada de la Liga, se consigue la carambola de quedar en cuarta posición, el «Cholo» Simeone habrá logrado el milagro casi completo de resucitar un equipo que, al terminar la primera vuelta, estaba más cerca del descenso que de los puestos de cabeza. Pero las carambolas son muy difíciles y ahora es cuando se echan en falta esos puntos que se han perdido tontamente durante el año y, sobre todo, contra el Betis y la Real Sociedad, donde se escaparon, estúpidamente, dos victorias que hubieran evitado llegar al último partido con la habitual taquicardia que acompaña a los colchoneros desde el momento en que fuimos conscientes de que lo éramos.
Pero pasado mañana es un nuevo día para soñar y para que Neptuno deje de mirar de reojo con envidia a su vecina Cibeles. Después del atracón de merengue –con lo que empalaga eso– de la semana pasada, los atléticos queremos ver nuestra ciudad teñida de rojiblanco y nuestra bandera colgada del tridente del rey del mar. Madrid es tan nuestro como de los blancos. Ahora les tiene que tocar a ellos que corten el centro de la ciudad y se traguen los atascos. Que así sea.
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