Debate Estado Nación

Giros de Smiley

La Razón
La RazónLa Razón

El «Heraldo de Aragón» resumió el sentir general: «Zapatero sorprende con un giro liberal para calmar a los mercados». Veamos. El giro no es sorprendente, porque a Smiley también se le aplica la frase de J.S.Mill: somos dueños de nuestros actos, pero no de sus consecuencias. Una irresponsable política fiscal conduce sin sorpresas a una situación insostenible que obliga al gobernante a hacer lo contrario de lo que dijo. El objetivo real no es calmar a esa entidad indefinida y malévola, «los mercados», sino resolver este dilema: perder hoy votantes con las medidas de ajuste o perder muchos más mañana si esto estalla y los ciudadanos no exculpan a los socialistas. Por eso Smiley dará vueltas pero nunca hacia el liberalismo: su meta es el poder, y para conservarlo, o para mitigar su posible pérdida, convertirá la necesidad en virtud y pretenderá ser un estadista que adopta decisiones porque la Patria lo reclama. Es mentira, pero no resultará groseramente increíble para sus potenciales votantes. Y en todo el sarao de giros y giros, un propósito sobresaliente se mantiene: conseguir que no haya conciencia de la responsabilidad de los políticos en nuestros males. Cuando se toman cientos de medidas, es imposible que todas sean dañinas. Acertó Gabriel Calzada en «Expansión» al definir así las últimas: «nos alejan un poco del precipicio». Lo que Smiley y su banda pretenden es que no nos preguntemos quién nos colocó en su borde.