Estreno teatral
Terapia teatral para mujeres maltratadas
MADRID-Cuando una voz interior trata de gobernarte, te apremia continuamente y te contraría bajo la apariencia de ser tu mejor amiga, se corre un doble peligro, acabar destrozada o volverte loca. Detrás de esta comedia con tintes dramáticos hay una mujer que cuenta los infortunios al dejarse llevar por los miedos, los prejuicios o los recelos que minan la convivencia. «Loca» es una obra escrita por Elise Varela, versionada y dirigida por Ángel Ojea y representada por la compañía de Blanca Marsillach. A medio camino entre el teatro y la labor social, este proyecto ha salido de su participación en talleres con disminuidos, inmigrantes o mujeres que han sufrido maltrato familiar y de la estrecha colaboración entre la Comunidad de Madrid a través del Instituto de la Mujer y El Corte Inglés.
A este grupo de mujeres procedentes de centros de acogida pertenecen Alicia y Aicha, las actrices que representan la obra. Para Alicia, «es algo grande, divertido y duro a la vez». Para Aicha, «estamos abajo, que es desde donde se empieza, pero me ilusiona llegar arriba y dar ejemplo a otras chicas que están en las mismas circunstancias».
Autocensura
Ángel Ojea, adaptador y director de la pieza, dice: «El mensaje es que en lugar de dejarte llevar por lo fácil y lo cómodo, seas tú tu propio censor, tu juez o crítico y que esto te lleve a valorar bien tus decisiones y a tomarlas con criterio». Ellas, a su vez, no pierden de vista la situación de la que preceden y quisieran animar a las personas maltratadas que no se atreven a dar el paso que ellas dieron en su día. «A unas personas les resulta más fácil y a otras les cuesta más, pero hay que luchar –cuenta Aicha–. No merece la pena sufrir por nada ni por nadie. Si luchas por ser feliz, lo consigues». Y Alicia le toma la palabra: «Al principio se ve muy negro, pero al final siempre hay una luz y de los errores se aprende». Piensan que el dolor físico puede ser lo de menos. Para Aicha, «eso es lo que menos importa, lo peor es lo psicológico. Lo físico se pasa, pero si te machacan mentalmente te hunden, no se puede superar. Las palabras pueden hacer mucho daño, hacer que te sientas como un trapo, una piltrafa... El maltrato mental es mucho más poderoso porque puede anularte totalmente como persona, te destroza, no te deja vivir».
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