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Londres

La abadía de Westminster se convierte en un bosque artificial

El interior de la abadía londinense de Westminster se convertirá el próximo viernes en un bosque artificial durante la boda entre el príncipe Guillermo y su novia, Kate Middleton.

Los organizadores del evento han comenzado ya a instalar el espectacular decorado en el que tendrá lugar el enlace real, para el que se utilizarán más de cuatro toneladas de follaje, incluidos ocho grandes árboles -media docena de arces silvestres ingleses y dos carpes, un género de árbol emparentado con el avellano-.

Anoche llegaron a la abadía, cerrada al público por los preparativos de la boda, los seis arces, de 15 años de antigüedad y media tonelada de peso cada uno de ellos, decorados con cintas púrpura.

La ornamentación, que tendrá un coste aproximado de 50.000 libras (56.000 euros o 82.000 dólares), creará el efecto de que tanto los invitados como los novios caminan a través de una frondosa "avenida natural".

El encargado de realizar los arreglos en la nave de la abadía, el florista Shane Connoly, señaló al diario "The Daily Telegraph"que la decoración del recinto está pensada para "deslumbrar"al público de una ceremonia con una audiencia potencial cercana a los 2.000 millones de personas.

Los árboles, colocados en grandes macetas a lo largo del pasillo central de la abadía, evocarán el pueblo natal de la novia, Bucklebury, en el condado de Berkshire (sur de Inglaterra), donde la familia Middleton tiene una casa situada en una avenida de robles que conmemoran la visita de la reina Ana en el siglo XVII.

Por expreso deseo de la novia, las flores que colmarán Westminster serán de especies autóctonas del Reino Unido.

Habrá Sellos de Salomón, una planta de florecillas blancas traída de Sandringham, en el condado de Norfolk, que "simboliza la confirmación del amor"; azaleas, "el símbolo chino de la feminidad"y lilas, que "representan el primer amor".