Cuestión de deudas

Los futbolistas suelen tener razón en todos los pleitos de tipo económico. La discusión sobre la 17ª jornada tiene el trasfondo de los impagos a futbolistas de Betis y Recreativo, aunque no es toda la verdad. En Primera hay deudas actuales y pasadas. En Segunda sucede lo mismo y en Segunda B y Tercera son muchos los futbolistas que acaban la temporada sin recibir los emolumentos pactados. El descenso por las deudas insatisfechas se salva con cheques sin fondo a cobrar pasado el plazo reglamentario para el mantenimiento de la categoría, y con pagarés cuyo significado real es impagado.

Al margen de las argucias de que se sirven los dirigentes para acudir a la Asociación de Futbolistas Españoles con las cuentas saldadas, se dan casos en época navideña en los que el engaño es, además, burla. Hay jugadores en Segunda B a quienes se deben las mensualidades desde septiembre y se les ofrece la posibilidad de fichar por otro club con la condición de perdonar la deuda. Ante la perspectiva de seguir sin cobrar y la oferta de otro club de distinto grupo se acepta el chantaje. Así se puede ir de Puertollano a Guadalajara pasando la mano por la pared. La AFE, en algún caso denunciado, se ha tenido que inhibir porque quien reclamaba exhibía un documento firmado por el mismo dando conformidad a la añagaza.

El conflicto está más allá de los horarios. La cuestión básica son las reivindicaciones salariales. Y en ello tienen toda la razón los futbolistas. Hay demasiados castillos en el aire.