Nueva York
La semana de Martín Prieto: Liberar a los liberados
El 29-S es la fecha clave para los sindicatos, mucho más que para Zapatero o Corbacho. Se juegan su prestigio. También va a servir para comprobar el apoyo social a unas organizaciones tan antiguas
Corbacho, ministro de Trabajo, que va de Guatemala del Gobierno a Guatepeor de las próximas elecciones catalanas, conoce el acreditado método Ollendorf de conversación por el cual si te preguntan la hora contestas con el pronóstico meteorológico. Inquirido el Gobierno sobre el número de liberados sindicales, responde que son los que corresponden por ley.
La nómina de liberados parece un «secreto de estado» muy guardado por el Centro Nacional de Inteligencia y ni el Gobierno ni los sindicatos se atreven a facilitar su número. Los promotores de la huelga general del 29-S pueden estar lanzando un boumeran australiano que regrese golpeándolos en la cara porque tienen el techo de cristal y demasiados esqueletos en el armario. UGT y Comisiones (Unión Sindical Obrera es otra cosa ) son subsidiarios de la fiscalidad como si todos los contribuyentes fueran afiliados y han estado bajo fundadas sospechas de subsidiarse por cursos de formación fantasmagóricos. Aún recuerdan los afectados la estafa de la PSV (Promotora Social de Viviendas ) de la UGT que le costó el cargo y el ludibrio al bueno de Nicolás Redondo, ajeno a todas las trapicerías urdidas bajo sus pies. La filtración del escándalo de la PSV procedió del propio PSOE para zafarse así con un Redondo enfrentado a Felipe González. UGT y CC.OO. pueden componer muchos vídeos de Chiquilicuatre sobre sus muchas falencias.
Que al menos la próxima huelga general del 29-S sirva para algo: hacerles a nuestro sindicalismo una Tomografía Axial Computada (TAC) para verlos por lonchas como a un paciente y diagnosticar sus problemas orgánicos. Sin esta tardía convocatoria de paro, hoy no estaríamos preguntando por los liberados sindicalistas, que son la infantería de marina sindical, como el partido comunista era la vanguardia del proletariado. Los sindicatos pagan bufete de abogados laboristas para litigar diferencias entre trabajadores y empresas, y la muchedumbre de liberados puede solamente quedar para un consultorio sentimental. Los hay que trabajan con verdadera vocación de intermediarios pero la masa crítica toca el pandero y están muy blindados ante los despidos, y nos cuestan millones de euros de los que no dispone la Ley de Dependencia.
EL VALOR DE LA AUSTERIDAD
Esperanza Aguirre, presidenta de la Comunidad de Madrid, ha dado el chupinazo, anunciando recortes de la CAM a tanto despliegue de liberados sindicales y los sindicatos han agitado el muñeco que la derecha quiere jibarizar al movimiento obrero. Esta sociedad no es antisindical, ni siquiera nuestra desmochada CEOE, porque los empresarios necesitan a interlocutores válidos, aunque tengan que desayunarse un sapo. Son los sindicatos mayoritarios quienes necesitan una reforma además de un recorte: descubrir el valor ejemplarizante de la austeridad, arriesgarse a auditorías externas, desinflar la liberalización clientelar, dejar de ser correa de trasmisión de la izquierda que les plazca, hacer cruceros de lujo por el Báltico como Toxo y bastantes más por las costas de Inglaterra o por el Caribe para entender otras maneras sindicales y dejar de oponerse a una ley de huelga, varada desde la Constitución. Nuestros sindicatos hacen bien en protestar contra los recortes implementados por sus compañeros de viaje, pero son clasistas porque se desentienden de los más desfavorecidos, como los pensionistas y los parados. Méndez y Fernández-Toxo no tienen otro asidero, y esperanza de la herrumbosa máxima de Lenín: «Los capitalistas nos venderán la soga con la que los vamos a ahorcar».
EL PERSONAJE DE LA SEMANA
Rafa Nadal
El más esforzado futbolista no se agota tanto en su partido como un tenista con el suyo. El tenis es una variante con oropeles de las pruebas clásicas del atletismo y a este chico de 24 años se le nota en su juego la soledad del corredor de fondo. Como el corredor de la maratón, el tenista compite contra sí mismo y el adversario es sólo una pared móvil. La fortaleza mental llega así a ser más importante que la fuerza de su musculatura. Rafael Nadal ha pasado un año oscuro en el que se le dio por amortizado, siendo responsable el sobreesfuerzo que lo llevó a desplazar a su amigo, al suizo Federer, de su trono mundial. Nadal es modesto, su vida es sencilla y familiar, alejada del circuito rosa, y hasta es uno de los mallorquines que no se hace problemas con España. Más que los entrenadores, fisioterapeutas o a la repetición de los vídeos sobre su saque que le han llevado a ganar en Nueva York a la historia del tenis, es su talento y una concentración que le permite ver las pelotas a la velocidad de un asteroide. Es un gran atleta, pero de lo que se hace acreedor es del triunfo de su voluntad.
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