Francia

Otegi y Usabiaga usaron la traición en ETA para abrir la vía política

Sabían todo lo que pasaba porque la banda les había entregado las actas de expulsión de «Thierry» y de la abogada Yolanda Molina. Usabiaga y Otegi se entrevistaron en Francia con dirigentes etarras que les informaron de la grave crisis interna.

Otegi y Usabiaga, que han coincidido en muchos actos, formaban la «dirección» de la «izquierda abertzale» en 2009
Otegi y Usabiaga, que han coincidido en muchos actos, formaban la «dirección» de la «izquierda abertzale» en 2009larazon

MADRID-Las actas de la «Comisión de Conflictos» de ETA, en las que se recogía el acuerdo de expulsar a Francisco Javier López Peña, «Thierry», y a la abogada Yolanda Molina Ugarte, fueron enviadas a la «dirección de la izquierda abertzale», según dichos documentos, a los que ha tenido acceso LA RAZÓN.Las «actas» de expulsión están fechadas en agosto del año pasado y, según fuentes antiterroristas consultadas por este periódico, al frente de la llamada «izquierda abertzale» estaban entonces Arnaldo Otegi Mondragón, que permanece en prisión, y Rafael Díez Usabiaga, puesto en libertad por el juez Baltasar Garzón.Es decir, los dirigentes del sector denominado «posibilista» conocían, a mediados del año pasado, la gran crisis que existía en ETA, que había provocado la expulsión, entre otros, de «Thierry» (por propiciar la detencion de siete militantes, entre ellos «Txeroki). Sabían que la «organización», como la llaman, estaba más preocupada por resolver sus asuntos internos y que atravesaba por un momento de gran debilidad operativa. Creyeron que había llegado su gran oportunidad. Actuaron, según las citadas fuentes, como jugadores de ventaja. No es que trabajaran al margen absoluto de ETA (nadie se atreve a tanto en ese mundo, por las consecuencias que puede tener) pero aprovecharon la oportunidad de hacer valer sus tesis. Además, llegado el momento, siempre se podría argumentar que estos movimientos habían servido para ganar tiempo y que la banda terrorista pudiera reorganizarse.

Viajes a FranciaOtegi y Usabiaga habían realizado, meses antes, en mayo, un viaje a Francia. Por las medidas de seguridad que adoptaron, los expertos concluyeron que se habían entrevistado con dirigentes de ETA. Cruzaron la frontera por separado. Otegi, que tenía prohibida la entrada a territorio galo, actuó como un auténtico clandestino hasta llegar a un punto concreto que, por su situación, permitía observar si era objeto de seguimientos. Pasado algún tiempo, arribó al mismo lugar Usabiaga. Con posterioridad, lo hicieron Arkaitz Rodríguez Torres y Sonia Jacinto. Llegó entonces un automóvil que recogió a los cuatro y los llevó hasta un sitio donde no se les pudo seguir.Durante el verano de ese año, se volvió a producir un paso de la frontera, aunque no acudió Usabiaga pero sí los otros tres.En estas reuniones, en especial en la segunda, la «dirección de la izquierda abertzale» debió de recibir información puntual de lo que ocurría en el seno de ETA y se les entregó la comunicación de la «comisión de conflictos». Lo cierto es que las gestiones para la creación de «Bateragune», que era la refundación de Batasuna, se activaron de manera considerable hasta el mes de octubre, cuando todos los que participaban en la operación proetarra fueron detenidos por la Policía.

Nuevo disfrazEl disfraz escogido para intentar lograr la legalización de una marca con la que poder presentarse a las elecciones municipales y forales del año que viene, era entonces, y todavía se mantiene, la de la supuesta autonomía con la que actúa la «izquierda abertzale» y la posibilidad de que llegue a imponer sus tesis a la «dirección» etarra. Han conseguido convencer a algunos, incluso a dirigentes del socialismo vasco, como Jesús Eguiguren, de que la evolución hacia vías políticas es sincera y que terminarán arrastrando a los pistoleros hacia el abandono de las armas. La realidad, sin embargo, no es así, porque, en ese caso, la debilidad temporal de ETA debería llevar a su desaparición y eso es algo que nadie está en condiciones de garantizar.Las fuentes consultadas subrayan que las actas de la «Comisión de Conflictos» de ETA, además de confirmar la relación de la banda con su brazo político, dejan al descubierto la pretendida valentía y autonomía que algunos atribuyeron a Otegi, Usabiaga y demás posibilistas a la hora de articular el proyecto independentista con el que quieren estar presentes en los comicios del año que viene. No hay que olvidar que a ETA le interesa que sus representantes estén en las instituciones municipales y forales, pero bajo su control. Si logra una mínima reorganización interna, algo que lamentablemente no se puede descartar, bastará con que pegue un puñetazo en la mesa, por medio de un atentado, para que las cosas vuelvan a ser como hasta ahora. Al igual que ocurrió tras el final del alto el fuego, los «posibilistas» pondrán cara de póker y en privado se presentarán como víctimas, pero si han logrado colar las candidaturas se habrá perdido mucho de lo avanzado en la lucha antiterrorista. Además, no se debe obviar que las actas fueron conocidas por la «izquierda abertzale» porque así lo quiso ETA.