Estados Unidos
Alassane Ouattara un político con dos caras y un lado oscuro
Alassane Ouattara es un hombre con dualidad de rostros.
MADRID- Por una parte está aquél que nació hace 68 años en el seno de una familia musulmuna junto con 12 hermanos y cuya educación, que recibió principalmente en Burkina Faso y después en Estados Unidos, lo llevó a «occidentalizarse». Es el «Bachelor of Science» por la Universidad de Drexel en Filadelfia, o el Doctor en Economía de la Universidad de Pensilvania, que habla en inglés y cuyas habilidades lo llevaron a colocarse rápidamente en el Fondo Monetario Internacional. Un economista de idelogía neoliberal, con cualidades que gustan en Estados Unidos y que también logró situarse en el Banco Central de Estados de África Occidental (BCEAO) a principios de la década de los setenta, restableciendo así el contacto con su natal Costa de Márfil.
El otro lado de Ouattara está más vinculado a sus deseos incumplidos de convertirse en el «presidente». Se trata de aquel político que lidera actualmente el partido centrista Reagrupamiento de Republicanos (RDR), que ha peleado por asumir el poder en Costa de Márfil, y que a veces deja escapar ese enfado acumulado por las cuatro ocasiones que frenaron sus aspiraciones presidenciales en el pasado. Es un hombre que suma relaciones tormentosas con los tres titulares del Ejecutivo marfileño sucedidos en el poder desde 1993.
«ADO», como lo conoce la mayoría, desató sus ambiciones presidenciales cuando fue primer ministro de su país durante la dictadura de Felix Houphouet-Boigny. Tras la muerte de este último, asumió las riendas del Ejecutivo a principios de los noventa, periodo en el que hubo represiones violentas a las protestas y durante el cual impuso un arresto domiciliario de seis meses a la esposa y al hijo de su enemigo de década, Laurent Gbagbo. También se le adjudica una responsabilidad política por el golpe de Estado de 2002, cuando una sublevación de militares anti Gbagdo sumió en el caos a Abiyán y dejó profundamente dividido al país en un norte y un sur sin reconciliación.
Una enmienda constitucional de 2004 le permitió superar los obstáculos por su dudosa nacionalidad marfileña para convertirse en candidato y en 2010 participó en las elecciones. Éste es el Ouattara que cuenta con el apoyo de los nordistas, con el soporte de Malí, Burkina Faso y Níger, y que además tiene el respaldo de la artillería del Gobierno francés.
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