Historia

Irán

Al Andalus y la revolución

La Razón
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Primero fue Túnez, luego Egipto, más tarde tímidamente Irán y la Península Arábiga. Ahora Libia con coletazos en Argelia y Marruecos. Las montañas de Mahoma andan buscando un nuevo tiempo y lugar y ni la hermética China ha podido escapar de esta sacudida revolucionaria. Una crisis económica sin precedentes y la globalización que permiten las nuevas tecnologías de la comunicación han llevado a la juventud a gritar basta, hasta aquí hemos llegado. Tal vez la llamada de Obama (no se olvide su nombre, Barak Hussein) haya surtido igualmente efecto como ocurrió hace cincuenta años cuando Kennedy proclamó en Berlín que, aunque en zig zag, los pueblos caminan siempre hacia la libertad.
En efecto, dos décadas después, el shock petrolífero del 79 unido a la política de gestos del Vaticano, la Thatcher y Reagan terminó por derrumbar el telón de acero. Pero también ahora, cuando hasta las sociedades más desmovilizadas de los regímenes más inmovilistas han comenzado a moverse, la pregunta quizás pueda ser si de alguna manera este cuestionamiento del statu quo llegará a Andalucía, Al Andalus a sólo catorce kilómetros del fenómeno descrito. Y claro que no se trata de comparar parámetros institucionales o situaciones históricas que nada tienen que ver entre sí. Sin embargo, no es menos cierto que la juventud del sur de España está abocada hoy en un cuarenta por ciento al desempleo o a la emigración, la misma generación que por internet –no le hace falta Canal Sur– sabe que en otras comunidades y latitudes no es así. Por tanto, si eliminamos el componente particular de cada país y nos quedamos con el eje geográfico y medular de las revueltas (rebeldía meridional contagiosa ante una continuada insatisfacción) a lo mejor no es tan descabellado pensar que el virus de la insumisión traspase nuestras cercanas fronteras y anide en los crecientes colectivos de desfavorecidos que la recesión ha supurado en regiones deprimidas como la nuestra. Ya lo dijo hace una semana Manuel Chaves: hoy todos somos egipcios.