Cuesta marcar

Era previsible que quienes deseaban la eliminación del Barcelona se aferraran a la expulsión de Van Persie para justificar el resultado. Indudablemente una expulsión cuando quedan tantos minutos por jugar condiciona el partido. Sin embargo, tal argumento no es suficiente en este caso para poner en duda el triunfo barcelonista. Ni antes de tal decisión arbitral, algo exagerada quizá, ni después, ejerció el Arsenal como adversario con méritos para superar la eliminatoria. Con anterioridad el árbitro se tragó un penalti a Messi que también pudo haber modificado el transcurrir del juego.

Fue injusto el resultado de Londres, aunque la culpa fue barcelonista por permitir la reacción del adversario cuando tenía controlado el partido. No hizo allí más méritos el anfitrión y en Barcelona habría encajado goleada infamante de no haber tenido la fortuna de recurrir a Almunia por lesión del guardameta titular, Szczesny. Víctor Valdés, inadvertido.

El Barça dominó todo el partido y se vio atrapado en el atasco de veintiún futbolistas en medio terreno. El Arsenal vino a practicar el juego del inferior y no a mostrar categoría de grande. Manera tan conservadora no califica a quienes pretenden ser mejores. El mejor disparo a gol lo dio de cabeza Busquets y fue el empate que obligó al sufrimiento barcelonista para el que demostró que también está preparado.

Al Barcelona se le atragantan cada vez más los partidos en los que el contrario renuncia a ganar. Tiene la suerte de que al final surgen Xavi y Messi. Su fútbol se topa cada vez más con líneas Maginot.

Posdata. El Valencia de Emery volvió a estrenar alineación. Así le fue.