Artistas

Dieta de justicia: 15 kilos menos

Su círculo cercano describe a LA RAZÓN su preocupación por el deterioro físico de la artista

La cantante, durante el juicio celebrado el jueves en la Audiencia Provincial de Málaga
La cantante, durante el juicio celebrado el jueves en la Audiencia Provincial de Málagalarazon

Su aspecto físico es alarmante, ha perdido unos quince kilos, y el deterioro físico y mental, son evidentes. El estado actual de Isabel Pantoja preocupa a su familia y amigos. Dicen que la tonadillera vive una situación límite, que apenas come, que se alimenta a base de batidos de proteínas, que tiene verdadero pánico a la posibilidad de ir a la cárcel. Está a un solo paso del derrumbe total y la depresión.

La periodista María Patiño echa mano de una persona cercana a la artista y cuenta que «Isabel está hundida, su situación emocional y física se encuentra al límite y podría dar un susto importante si no se cuida. Hay una intención de no comer, de no sentir, de no vivir, de no hablar», declara, y añade: «Está muy deteriorada. Es una situación grave». Se le acumulan los problemas, este es un año crítico para la viuda de Paquirri. Se encuentra inmersa en el juicio en el que se la acusa de blanqueo de capitales, han robado en su casa madrileña y perdido a varias de sus mejores amigas, tuvo que meter a su hija, Chabelita, en un internado inglés, según se rumorea, para apartarle de un chico de 18 años, y también se rompió su millonario contrato con Tele 5.

Vive en un estado de ansiedad continuo. Y la única alegría que ha recibido en los últimos meses es que será abuela. Sin embargo, hace tiempo que no se la ve compartiendo cariños e ilusiones con su hijo, Kiko, y su «nuera», Jessica. Hace menos de un año, la cantante tenía a su lado a personas de su entera confianza que, hoy, han salido de su vida por la puerta de atrás. A Charo Reina la apartó por un problema económico: la sobrina de Juanita Reina recibió un préstamo de 6.000 euros que, que se sepa, todavía constan en el capítulo de deudas. A Chelo García Cortés la acusa de ser una traidora y suelta pestes de ella en las reuniones con los íntimos. Su mano derecha, María Navarro, ya no le lleva los asuntos profesionales. Cuentan que le achaca el fracaso de la programación de las galas. Pepi Valladares, su asistente personal, no aguantó más y se marchó tras discutir por un asunto relacionado con sus padres, a los que, afirman las malas lenguas, Isabel faltó.

Tampoco mantiene una buena relación con sus dos primos más famosos: Chiquetete y Silvia Pantoja. Su fuerte carácter, su intolerancia, le llevan a seguir la máxima del «conmigo o contra mí». No conoce puntos intermedios. O estás con ella o eres su enemiga. Ahora, el «núcleo duro pantojil» lo conforman el hermanísimo, Agustín, la tertuliana Raquel Bollo, portavoz y defensora de Isabel en el programa «Sálvame», y el empresario andaluz Carlos Corbacho.
En las últimas semanas tan sólo se la ha visto en la sección segunda de la Audiencia de Málaga, donde, a pesar de los pesares, ha tenido que encontrarse con el hombre culpable de algunos de sus males, Julián Muñoz. Así, se especula con que podría intentar negociar un pacto para evitar el ingreso en prisión (algo que le quita el sueño y le asusta) y pagar en efectivo una cantidad. Aunque se comenta que sus cuentas bancarias no son las de antaño y que estaría obligada a poner a la venta algunas de sus propiedades para hacer frente al pago. A la vista de las circunstancias, se entiende el dramático sentido de una afirmación de la íntima Raquel Bollo sobre su, hoy, depresiva amiga: «Cuando te encuentras envuelta en un tema así te aterra todo. Isabel está más débil, se ve, y mucho más delgada.

Su estado me preocupa. Tiene sus días buenos y sus días malos». Asimismo, otras personas consultadas por este diario califican su estado de «alarmante y lleno de abatimiento. Isabel está aterrada y daría lo que fuera por dormirse, y que, al despertar, hubiera pasado todo, porque ahora mismo se siente una mujer infeliz».

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¿Puede tener alguna repercusión física adelgazar de manera tan rápida?
–Depende de las características de cada persona. El peligro radica en que si se produce un proceso de adelgazamiento sin control médico la proporción de macronutrientes que se ingieran (proteínas, hidratos de carbono, minerales, vitaminas...) puede que no sea la adecuada, lo que ocasionaría graves problemas.
 ¿Qué tipos de daños causaría?

–Los principales, el descontrol del sistema cardiovascular, braquicardias, alteraciones del balance electrolítico, debilidad muscular... y hasta puede ocasionar la muerte si se produce una reducción de peso muy acelerada y descontrolada.
¿Qué circunstancias pueden llevar a renunciar a alimentarse?

–Hay varias opciones, las más comunes son la baja autoestima y la depresión. Cuando hay una situación negativa en la vida de una persona la pérdida de apetito es frecuente. En algunos casos, el abandono de la alimentación puede utilizarse como una medida de presión, como los presos que se ponen en huelga de hambre.
¿Qué consecuencias psicológicas puede provocar?
–Cambios de conducta, sobre todo, aunque todo depende de la raíz del problema.
¿Qué solución tiene?
–Encontrar el apoyo de su entorno y acudir a un equipo de psicólogos. Todo esto sin olvidar la ayuda farmacológica.