Pesados muy pesados

En mi familia no se hablaba de la Guerra Civil. Fueron años muy duros y pasaron hambre. Era un tema muy incómodo. Lo poco que supe fue el horror de los bombardeos, la barbarie y las dificultades para conseguir comida. Mi padre era un gran coleccionista de libros, pero había un espacio vacío que afectaba a ese periodo. Como mucha gente de mi generación, la primera aproximación, aparte de lo que nos enseñaban en el colegio, fue con los libros de Ruedo Ibérico que compraba en el altillo de una librería cerca del Mercado de San Antonio de Barcelona. Es un periodo que me interesa mucho e incluso estoy con un proyecto de investigación sobre los orígenes del estado franquista. Esos años debieran quedar para los historiadores y dejar la política al margen. Estoy cansado del sectarismo y la conversión de la «memoria histórica» en una verdad revelada por los sumos sacerdotes de la izquierda y algunos historiadores partidistas. Por ello, me parece un despropósito el monumento a las Brigadas Internacionales inaugurado por José Carrillo, el rector de la Complutense.